3*
Con una sólida carrera como director de westerns, Henry Hathaway dirigió esta película en 1965 con la sombra del John Ford de Centauros del desierto y del Howard Hawks de Rio Bravo justo a su espalda. Rodada con el característico e impresionante Panavisión y con una fotografía de lujo del muy peckinpahiano Lucien Ballard, Los 4 hijos de Katie Elder cuenta la historia de cómo una auténtica -pero continuamente ausente- madre coraje (en el sentido brechtiano del término) consigue encarrilar las vidas de sus cuatro vástagos, en una ciudad (Clearwater) dominada por el vulgar cacique local. Y todo ello, simplemente, con el recuerdo, la influencia y la admiración que despertó en sus vecinos y amigos. A su vez, la historia les sirve en bandeja a John Wayne, Dean Martin y a sus otros dos hermanos, la excusa perfecta para el desarrollo de una venganza anunciada. No se trata del mejor de los westerns rodados por Hathaway (sin duda, ese honor lo ostenta Valor de ley) pero sí estamos ante un excelente relato épico acerca de cómo los hombres pueden reinventarse a sí mismos y acerca de cómo tienen, hasta cierto punto, el destino en sus manos. La siempre conmovedora música de Elmer Bernstein pone el contrapunto perfecto a cada una de las etapas de la historia.
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