El director de Última salida Brooklyn había debutado internacionalmente 8 años antes con un
descorazonador retrato sobre las consecuencias psicológicas y emocionales de
las drogas. Es el caso de esta película. Cristina es una adolescente que, poco a poco, va volviéndse adicta
a la heroína y va transformándose en un muerto
viviente. A raíz de esta adicción, Cristina modifica su comportaminto,
llegando incluso a prostituirse para adquirir su dosis. Uli Edel subraya el
ambiente sórdido y de putrefacción espiritual de unos personajes que se mueven
entre el consumismo de masas de la época (discotecas y conciertos de rock, con el rey del glam David Bowie incluido), la sordidez de los barrios de clases
trabajadoras de comienzos de los ochenta y el ambiente quinqui berlinés de la era pre SIDA. Pero con ese punto de
ingenuidad propio de los ángeles caídos porque, en el fondo, no son delicuentes
sino individuos desarraigados, perseguidos por la ausencia de destino,
atrapados en un callejón sin salida. Como en el cine de Abel Ferrara o en el de Eloy de la Iglesia, hay varias excenas explícitas y hay un evidente amateurismo
técnico en todos los aspectos. La ausencia casi total de música extradiegética
subraya el carácter semi documental de la película, lo que la hace más
impactante, incluso 30 años después de su estreno.
martes, 27 de noviembre de 2012
lunes, 26 de noviembre de 2012
Al azar de Baltasar
4*
En La Jungla,
ese clásico olvidado del siglo XX, Upton Sinclair se atrevió a retratar las durísimas
condiciones laborales de la industria cárnica en Chicago, así como el
sufrimiento de los animales. En la reciente Elizabeth Costello, Coetzee sugiere que el tratamiento que le damos a los animales es
similar al que los Nazis dieron a los judíos. De hecho, el autor surafricano
afirma que cada día se produce un genocidio al que damos la espalda tal como,
en su momento, ocurrió con el Holocausto. Sin llegar al extremo de Coetzee ni al nivel de detalle de Sinclair, este es el marco intelectual en el que situar esta película. Baltasar es un pequeño burrito que ha crecido entre
el cariño y los juegos de los hijos de sus propietarios. Sin embargo, al
hacerse mayor, Baltasar es utilizado, maltratado y explotado como bestia de
carga en todo tipo de duros trabajos. Los años pasan y el pobre Baltasar no siente
mejoría alguna en su durísima vida, llena de padecimientos e inclemencias.
Hasta que un día se escapa y regresa a la casa que le vió crecer. A partir de
ahí, la narración se va desarrollando de forma azarosa (como en El fantasma de la libertad de Buñuel) alrededor
de la figura de Baltasar. Elegía de la explotación animal por obra y gracia de
un realizador tan comprometido como experimental: Robert Bresson. El burro es
el símbolo de una entidad inocente en la que las personas que lo rodean
proyectan y descargan tanto lo bueno como lo malo, respectivamente, de sus
personalidades. Como la vaca de Nietzsche, el burro de Bresson rumia todo lo
que le rodea. Además, la metáfora del burro no deja de sosprender al espectador
que, a poco sensible que sea, podrá ver en ella la analogía con la propia vida
de la inmensa mayoría de los seres humanos, que vivimos en sociedades envilecidas,
indiferentes ante el sufrimiento ajeno y en las que hay poco espacio (aunque por
pequeño que sea, siempre lo hay) para la empatía y la solidaridad. Una
película valiente, adelantada a su tiempo (y al nuestro) por proponer una
emotiva defensa de los derechos de los animales mostrando, simplemente, su
condición sometida y subalterna. Estilísticamente, los encuadres, la puesta en
escena y el montaje recuerda a la escuela belga de la línea clara y a Tati. Por
cierto, alrededor de la historia del burrito, se agolpan distintas sub
narraciones humanas que quedan, como no podría ser de otro modo, en un segundo
plano gracias a la cámara jansenista de Bresson.
sábado, 24 de noviembre de 2012
Hellboy 2: El ejército dorado
2.5*
Guillermo del Toro se pone tras la cámara por segunda vez para perpetrar otra adaptación de las aventuras del personaje creado por Mike Mignola y publicado en la imprescindible Dark Horse Comics. El resultado no es ni mejor ni peor que la primera. Creatividad visual a raudales para una historia ocultista, pulp y con mucha acción que, sin embargo, pierde un poco
de empaque a causa de algunas escenas en extremo sentimentales y de algún que otro dialogo más propio
de la factoria Disney que del oscuro e inteligente mundo del director mexicano. Ron Perlman, por su parte, compone un personaje digno de su propia altura, tanto física como interpretativa. Por
cierto, ¿a que se debe esa extraña manía de multiplicar y de llenar cada plano con miles de seres clónicos, producidos exclusivamente por el departamento de efectos digitales?
jueves, 22 de noviembre de 2012
Shampoo
3*
Comedia satírica de bajo perfil, autobiográfica y, finalmente, de sabor agridulce. Dirigida por
Hal Ashby a mediados de los setenta, gira alrededor de los escarceos
amorosos de un peluquero casanova irresistiblemente atraído por el sexo
opuesto, una historia basada en una obra de William Wycherley. El guión y la producción es de Warren Beaty y, cusiosamente, no parece
un producto dirigido a su exclusivo lucimiento o ensalzamiento. En todo caso,
cabe destacar las intepretaciones de los protagonistas, en particular las de
Julie Christie (amante de Warren Beaty en esa época) y la de Jack Warden (con quienes volvería a coincidir, por cierto, en El cielo puede esperar). Con
un ligero aliento subversivo, a la postre zozobra en su análisis de la clase pudiente
USAmericana de la época aunque sí acierta en la denuncia del vacio existencial
de buena parte de su ociosa mitad. Excelentemente fotografiada y planificada,
no destaca dentro de la comedia de la época pero sí merece un revisionado, en
especial por la imagen añeja y romántica de la ciudad de Los Ángeles (Rodeo
Drive) y de sus barrios residenciales (Beverly Hills y Coldwater Canyon), obra de László Kovács. Además
de por la música popular que suena de fondo (The Beach Boys, The Monkees,
Carole King, The Beatles, Jefferson
Airplane, Jimi Hendrix). Por
cierto, esta película suspuso el debut de Carrie Fisher, la futura Princesa
Leia y futura mujer de Paul Simon, ya que el cantante se casaría con ella poco
tiempo después de componer la BSO para este film.
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martes, 20 de noviembre de 2012
Carrie
3.5*
Tras varios thrillers psicológicos influenciados por
Alfred Hitchcock, Brian de Palma se interesó por una novela de Stephen King, el
maestro del terror contemporáneo. La historia es de sobra conocida: Carrie White (Sissi Spacek), una estudiante adolescente con poderes telquinéticos, vive
reprimida por su propia madre, una auténtica fanática religiosa (personaje
recurrente en la obra de King, por cierto). Además, sufre las burlas y el acoso
de sus compañeros de Instituto, unas burlas que conforme se acerca la fiesta de
graduación, parecen remitir hasta que vuelven a aparecer momentos antes del explosivo final.
Película inaugural en su género, por dos motivos: por un lado, porque se trata
de la primera adaptación cinematográfica del imaginario de Stephen King y,
además, sigue siendo una de las mejores plasmaciones fílmicas del mundo del
escritor; por otro lado, porque es una fuente del que beben algunas corrientes
del cine de terror contemporáneo (desde La
noche de Halloween hasta Viernes 13).
Muy bien rodada y montada (gracias al trabajo de Fred Hirsch, el montador de Star Wars), la película cuenta con los
colaboradores habituales del Brian de Palma de la época, de origen
italoamericano: fotografía de Mario Tosi y BSO de Pino Donaggio, que compone un
score sobre el leit motiv de Psicosis. El propio
King quedó muy contento con la adaptación, tal y como explica en su magnífico
ensayo sobre el género, Danza Macabra.
Poco tiempo después, se sucedieron las imitaciones, como el telefim The Initiation of Sarah, de Robert Day (1978), los homenajes constantes (como en un capítulo de Los Simpson) y los infaustos remakes.
domingo, 18 de noviembre de 2012
El sospechoso
3.5*
Robert Siodmak dirige uno de sus más sorprendentes films de suspense, justo antes de su
serie de obras maestras (La escalera de
caracol, Forajidos, El abrazo de la muerte). Philip Marshall
(Charles Laughton) es un marido infeliz que convive con una esposa histérica
que está acabando con la felicidad familiar. Cuando conoce a Mary Grey (Ella
Raines), una chica joven y soltera, se enamora de ella pero se conforma con su
amistad. Sin embargo, su mujer se entera y, de forma injusta y vengativa, intentará
hacerle la vida imposible por lo que Marshall tendrá que pensar cómo solucionar
la situación. Una situación que recuerda a la desconocida Huracán, de John M. Sthal. Siodmak adapta para la pantalla una
novela del escritor inglés James Roland, titulada This Way Out, de 1940, en un estilo que recuerda al de Luz que agoniza de George Cukor (que
también se desarrolla en el Londres de comienzos del siglo XX), es decir, a esa
conseguida mezcla de elementos expresionistas del cine alemán, convenciones del cine noir y elementos
narrativos clásicos del cine USAmericano. La historia está muy bien narrada, es
sorpredentemente actual y creíble y el final es de una honestidad aplastante.
Además, el film cuenta con la
elegante, aristocrática y sutil intepretación del siempre convincente Charles
Laughton, que recuerda a la que regaló un año antes a Jean Renoir en su primera
película en Hollywood.
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James Roland,
Robert Siodmak
viernes, 16 de noviembre de 2012
Mis 5 directores de fotografia imprescindibles (I):
-
Gregg
Toland (Ciudadano Kane o Las uvas de la ira).
-
Russell
Metty (Sed de mal o Solo el cielo lo sabe).
-
Sven
Nykvist (Persona o Fanny y Alexander).
-
Gordon
Willis (El padrino o Manhattan).
-
Russell
Harlan (Matar a un ruiseñor o Río Bravo).
jueves, 15 de noviembre de 2012
Dersu Uzala
4.5*
El capitán Vladimir Arseniev se encuentra explorando
Siberia cuando, una noche, sentado al fuego con el resto de su equipo, conoce a
Dersu Uzala, un cazador errante de la taiga. Entre ellos surge una fuerte
amistad que se renueva con su reencuentro posterior. En las montañas, Dersu
Uzala es una compañía imprescindible y extremadamente útil. Sin embargo, cuando
el cazador acompañe al oficial a vivir a la ciudad, las cosas serán de otra
manera muy distinta. Akira Kurosawa firma una película límpia, hermosa y
moralmente enriquecedora, un canto a la libertad y a la amistad en el que se
desliza una soterrada pero igualmente poderosa crítica a la civilización, una
civilización que ha ablandado al hombre para el juego de la supervivenvia pero
que, paradójicamente, lo ha embrutecido para su vida en sociedad. Además, los
elementos biográficos, antropológicos y etnográficos de la historia le otorgan
un aura de mítica verosimilitud. Por su parte, la bondad y el animismo de Dersu Uzala le transforman en un personaje muy entrañable y querido. La ausencia de primeros planos o planos de
detalle así como un montaje pausado subrayan plásticamente la relación de los
personajes con el medio, tanto natural como urbano, y el carácter a la vez
distanciado pero respetuoso de la mirada del director. La producción corre a
manos de la antigua Unión Soviética, que encargó al director japonés su
realización, está rodada en Siberia y en Primorsky Krai y el estreno mundial se
hizo casi un año después de su presentación oficial en el Festival de Moscú de
1975. La calidad de la cinta conservada se está resintiendo con el paso del
tiempo y esto se debe, probablemente, al uso del celuloide soviético así como a
que se registró en 70mm. Por cierto, muy poca gente lo sabe pero este film es un remake de una película soviética de 1961.
Dedicada a Bárbara SanJuan |
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Pozos de ambición
3*
Paul Thomas Anderson prosigue con su radiografía de la sociedad USAmericana, tras retratar
el mundo del juego, la industria del porno, la televisión y el laberinto de
pasiones y frustraciones humanas que es la vida contemporánea. Por eso, la
película se transforma en un retrato de uno de esos pioneros, laicos y
ambiciosos, sobre los que se ha levantado el país, no solamente en el plano
material, sino también en el plano moral, ideológico, mítico. En este caso,
además, muestra las conexiones entre el mundo capitalista y el cristianismo y
lo hace ofreciendo una poderosa metáfora sobre la capacidad del dinero para
someter a todo lo que le rodea. Daniel Plainview es viudo, tiene un único hijo
y está levantando una empresa petrolera familiar, justo en los primeros años de
la industria. Con un estilo sobrio y alejado de barroquismos, tanto en el
montaje como en la puesta en escena, Anderson rinde homenaje a algunos clásicos
del cine como John Houston o George Stevens, alargando varios planos secuencia
y varios travellings, aunque la
influencia visual fundamental es, sin duda, Stanley Kubrick (atención al final) y, en el plano moral, Upton Sinclair (y su novela Petróleo). La
música es de una variedad y complejidad fascinante, aunque no siempre potencia
la sencillez de las imágenes o de los comportamientos morales pero sí el
carácter torturado del protagonista, excelentemente interpretado por un obsesivo
Daniel Day Lewis, que compone una figura moral ambiciosa, competitiva, que
acumula odio por sus semejantes y que solo quiere enriquecerse para aislarse
del mundo que le rodea. Una figura que recuerda, en algunos aspectos, al Jett Rink de Gigante. La película, finalmente, muestra una sociedad en
perpetuo cambio, deseosa de continuar con el progreso aun a costa de las
innumerables “florecillas pisoteadas al borde del camino” de las que hablara
Hegel. La próxima obra del director es The Master.
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lunes, 12 de noviembre de 2012
La parada de los monstruos (Freaks)
4.5*
En 1961, Luís Buñuel estrenó Viridiana. En la segunda parte de la película, un grupo de
desheredados conviven con Silvia Pinal en casa de su tio, Fernando Rey, recientemente
fallecido. Entre ese grupo hay todo tipo de espantos morales y estéticos, lo
que produce atracción y repulsión en los espectadores. Casi treinta años antes,
Tod Browning, el director de ese clásico seminal del cine de terror que es Drácula, se atrevió a rodar una historia
de amores, despechos y venganzas en los márgenes de lo que se considera la
normalidad ético-estética: en un circo repleto de freaks, seres “monstruosos” que malviven ofreciendo a la
contemplación de un público morboso sus crueles deformidades. En el primer caso,
las consecuencias negativas de la anormalidad física son el producto de su condición
económica. Por eso, se puede recordar la afirmación de Oscar Wilde, que
escribía en The Soul of Man under
Socialism que es grotesque and insulting recomendar sobriedad al pobre. Por otra
parte, en ambos casos, la condición moral de sus personajes no es muy distinta
a la de los personajes más pudientes, lo que parece querer decir que la normalidad es simple producto de la apariencia, la convención y el control de
la diferencia. En el caso de Freaks,
se subraya la prepotencia y crueldad de quienes se ven normales por fuera pero
no se percatan de su anormalidad interior. El mensaje es tan poderoso que Tod
Browning transforma Freaks en una
película extraordinaria, tanto en el plano técnico-artístico como en el
puramente narrativo. Incluso en el moral. De hecho, siguiendo su rastro a lo
largo de las décadas, algunos grupos musicales han utilizado el comienzo de la
BSO original para incluirlo en alguno de sus temas. Es el caso, por ejemplo de
Marillion y su Separated Out. En
definitica, una obra maestra, rodada con elementos del film anterior Garras humanas
y que ya querría para sí el provocador oficial de Hollywood, el habitualmente decepcionante
Tim Burton.
jueves, 8 de noviembre de 2012
Prometheus
3*
Dedicada a Aitor Bolaños |
En el año 2089, unos arqueólogs descubren restos de
varias culturas antiguas que señalan la presencia inmemorial de seres
extraterrestres en la tierra. Cuatro años después, siguiendo unas antiquísimas
pero precisas indicaciones astronómicas, una expedición millonaria (la nave Prometheus) transporta a un equipo científico
al lugar desde el que se supone que podrían provenir dichos extraterrestres.
Detrás de la expedición se encuentra un magalomaníaco empresario que se niega a
aceptar su final. Con una mezcla de elementos extraídos de Alien Vs. Predator, Blade
Runner y Alien y varios toques de
Shakespeare, Freud, Lovecraft y Von Däniken, Ridley Scott presenta el episodio
cero de la serie Alien con la intención de explicar algunos cabos que dejaba
sueltos la primera de las películas de la saga (especialmente sobre los Space Jockeys). Por eso, los guiños al
film de 1979 son constantes (aunque también a otros capítulos de la tetralogía).
El resultado es soberbio en su primera hora porque consigue crear una conseguida
atmósfera de suspense y de terror, en el marco de una aventura espacial. De
hecho, como historia de Sci-Fi,
resulta rotunda. Sin embargo, su segunda hora se pierde en demasiados vericuetos y errores, el montaje es rapidísimo y se difumina tanto a los personajes como
al argumento a costa de la pura acción. Además, confunde al espectador con
demasiada informacion. Por eso, en general, el principal problema de esta
película es su falta de cadencia y tensión, debido al error de querer contar
demasiadas cosas en tan poco tiempo (y de contarlas mal), sacrificando un
desarrollo dramático más cuidado y elaborado, algo que no le ocurría a Alien. El guión bascula entre la
ciencia, el darwinismo intergaláctico, la mitología clásica y la religión en un
todo impreciso y no del todo congruente en el que, los tiempos mandan, prima el
ingrediente genético. Visualmente, la película es magnífica, kubrickiana, y los
diseños de Giger contribuyen a su riqueza y espectacularidad. No obstante,
aunque los efectos visuales sean extraordinarios, en algunos momentos no
consiguen estar a la altura de la producción. Para terminar, los personajes no
son lo mejor de la historia. Tampoco los diálogos. Ni siquiera el androide David,
esa especie de Demiurgo interpretado por un Michael Fassbender un tanto pagado
de sí mismo.
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