Robert Aldrich
produjo y dirigió, en 1962, ¿Qué fue de
Baby Jane?, una negrísima historia sobre la ambición y la envidia y sobre
cómo tales sentimientos son elaborados y manejados por la vejez. La película
tuvo tanto éxito que el propio Aldrich rodó, dos años después, una especie de
secuela, Canción de cuna para un cadáver.
Pasados cinco años, Aldrich produjo esta historia (basada en una exitosa novela
de suspense de Ursula Curtiss) que fue dirigida por Lee H. Katzin en los
estudios del propio Aldrich en Los Ángeles y con localizaciones en Tucson. La
película se puede hacer un poco antipática a causa del muy desagradable personaje protagonista, interpretado a la perfección por Geraldine Page (la
despechada directora de la residencia de señoritas a donde va a parar el pobre
Clint Eastwood en El seductor).
Además, encontramos la presencia de la estupenda Ruth Gordon, que acababa de
participar en La semilla del Diablo y
de la Grace Kelly canadiense,
Rosemary Forsyth, en un papel
apropiado a su físico y personalidad (parecido al que le hizo famosa en El señor de la guerra). Por su parte,
William Castle se apuntaría al subgénero con El caso de Lucy Harbin.
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