Telefilm de autor sobre un perro adiestrado para
atacar a personas de raza negra, un perro que está infectado, por tanto, del
racismo de su dueño blanco anterior. El argumento es muy sencillo. Cuando una
joven actriz atropella a un perro aparentemente abandonado, lo lleva al
veterinario y lo salva pero, tras acogerle en su casa y convivir con él, una de
sus amigas sufrirá un ataque brutal. A partir de ese momento, se pondrá en
contacto con una empresa de entrenamiento animal con la intención de reeducar
al perro y de extirparle su odio racista. Con fugaces pero desgarradores destellos del genio de Samuel Fuller, la película se sigue con interés gracias
a un esquemático pero consistente guión (obra de Curtis Hanson y del propio
director que, a su vez, está basado en una novela del marido de Jean Seberg).
Además, hay que mencionar su loable perspectiva ética y su modernísima postura
en defensa de los derechos de los animales. Sin embargo, una dirección por
momentos rutinaria y un cierto sensacionalismo lastran el resultado final, así
como la mediocridad de algunas interpretaciones. Dos años después de esta
película, se estrenaría la archifamosa Cujo,
mientras que el curioso film de Isasi-Isasmendi
El perro data de 1976. A destacar la
interpretación de Paul Winnifield, la presencia de Burl Ives y del propio
Fuller, en un breve papel, así como la BSO de Ennio Morricone, con una
partitura machacona pero efectiva.
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