Versión hiper violenta, hiper cruel e hiper sangrienta de
El sótano del miedo mezclada con la
saga Saw y con La habitación del pánico. No por causalidad, el director es el
guionista de buena parte de la saga de Jigsaw. Una película de terror muy
efectista y cuasi sobrenatural, llena de trampas y errores que, sin embargo,
consigue desasosegar un tanto al espectador con su, por momentos, conseguida
mezcla de thriller y horror. Las
intepretaciones son de lo más normalitas, tiene los diálogos justos y el montaje,
por momentos, es un tanto caótico. El acierto fundamental de la película, sin
embargo, es el juego del ratón y del gato entre el asesino y la víctima, un
juego que te puede mantener en vilo buena parte del metraje. Aunque mejor sería
hablar de los movimientos desesperados de una mosca en la tela de una araña. Unos
ojos inhumanos, furtivos, inexpresivos, de un negro insensible y profundo, junto
con la máscara retorcida del sádico criminal, hacen el resto. De hecho, el
criminal es muy efectivo por su naturaleza híbrida: a un típico psychokiller slasptick se le unen las cualidades de Máquina, el perverso
criminal de Asesinato en 8mm, y de
Bufallo Bill, de El silencio de los
corderos. En 2012, el director, Marcus Dunstan ha estrenado una secuela por
todo lo alto y similares logros, The
Collection, con más sangre y más personajes.
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