George Clooney ha retratado en Los idus de marzo los tejemanejes
políticos y propagandísticos de una típica capaña electoral USAmericana pero no
ha sido el único director del país que se ha interesado en mostrar las
interioridades sfumato de la
principal institución de las democracias participativas: las elecciones. Antes
que él, Michael Ritchie dirigió la extraordinariamente sabia e irónica El candidato, con cuatro magníficos
protagonistas: Robert Redford, como el idealista candidato a senador de
California Bill McCay, que es absorbido por las entrañas del poder; Peter
Boyle, como un mercenario asesor de campaña, que lo mismo le da trabajar para
un político que para otro; Don Porter, como el senador antagonista, el
conservador y macho alfa Croker Jarmon; y Melvyn Douglas, el padre del candidato, ex gobernador del estado
dorado y, por ello mismo, veterano y ladino político de sonrisa guasona. La
historia se centra en el progresivo deterioro moral y personal del inexperto
candidato, resaltando las diferentes etapas de la iniciación política (para la cual, además, aparece la correspondiente iniciación sexual). Y es en
este terreno donde el film muestra
sus mejores cartas, en la denuncia sutil, contrastando imagen y palabra, de un
mundo absorvido por el establishment,
la estructura de los partidos catch-all
y los distintos intereses de quienes financian las campañas. Cinematográficamente
hablando, la película no es gran cosa pero resulta tremendamente convincente y
su mensaje es absolutamente moderno, más de cuarenta años después de su
estreno. De hecho, George Lakoff la podría utilizar para ejemplificar el viejo y
trasnochado debate entre republicanos y demócratas, tal y como aparece en su
imprescindible Don't Think of an Elephant: Know Your Values.
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