viernes, 6 de junio de 2014

Investigación criminal (Aka Vice Squad)

3.5*

Después de rodar una de las pocas películas USAmericanas de los cincuenta con la presencia de un auténtico serial killer, Without Warning, el desconocido Arnold Laven estrenaría otra pareja de excelentes (aunque humildes) films noir, el presente y No hay crimen impune, con la presencia del siempre avieso Broderick Crawford. En este caso, el detective-capitán Barnaby (Edgar G. Robinson) se ha de hacer cargo de varios casos, el principal de los cuales es averiguar quién ha matado a un agente mientras un par de bribones robaban un coche. Con un carácter ciertamente documental (la vida en la comisaria es una auténtica delicia) y entrelazando varias historias, Laven compone una excelente muestra de esa clase de cine policíaco, políticamente comprometido, que se rodó en el Hollywood de las décadas de los años treinta, cuarenta y cincuenta. La puesta en escena es tan sólida como un Buyck del 52 y tan fluida como la lengua de un predicador. No por casualidad, el director se formó en las Fuerzas Armadas y en la televisión. Los actores se mueven por la trama y por L.A. como si fueran auténticos policias y auténticos malhechores y todo el producto final rezuma esa extraña autenticidad propia del mejor Hammett, resultado de una envidiable mezcla de drama, un sentido del ritmo apabullante y varias escenas humorísticas excelentemente insertadas en la trama. Entre los actores, además del mencionado Robinson (por entonces inmerso en varias comparecencias ante el HUAC del senador McCarthy), que está tremendo, aparecen Paulette Godard y un jovencísimo Lee Van Cleff.

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