Aunque no tenga nada que ver con el canto a la libertad de Jean Renoir, Esta tierra es mi
tierra es un biopic maravilloso.
Está basado en la autobiografía de Woody Guthrie, Bound for Glory, y relata su periplo por tierras USAmericanas
durante la Gran Depresión, viajando en ferrocarril desde Texas hasta California.
La trama está cosida a mano con pequeñas escenas costumbristas que van
mostrando el ambiente de miseria y explotación de la época a la vez que van
elaborando la personalidad del mítico compositor country-folk, padre espiritual de ese bunch contestatario que une tanto a Johhny Cash como a Pete Seeger,
tanto a Bod Dylan como a Joan Baez. Por otro lado, David Carradine redondea un
personaje legendario, sin huir de las escenas musicales, y al que le imprime un aura a lo Tom Joad. Por cierto, el papel fué ofrecido a Kris Kristofferson y a
Tim Buckley pero el primero lo rechazó y el segundo murió antes de decidirse el
casting final. Con este tipo de films, sin duda alguna, una generación entera
cambió la forma de hacer cine en Hollywood, como explica Peter Biskind en su
imprescindible Easy Riders, Raging Bulls.
Cuidado con algunas versiones, como la que distribuye la propia Fox, porque el master
es desastroso, con una colorimetría sepia, casi sin luz, y una resolución patética. Con seguridad, el espinoso Hal Ashby y el legendario Haxkell Wexler
se tirarían de los pelos al contemplar dicha copia. Esta película es famosa, también, por la introducción de la steadicam de Garrett Brown.
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