Comedia costumbrista francesa, entre lo socarrón
y lo intelectual, sobre un grupo de delincuentes, más o menos granujillas, más
o menos exitosos, que dedicen dedicarse a la política al ver el increíble
negocio que supone. Con la inestimable colaboración de un nutrido grupo de stars europeos (Lino Ventura, Jacques Brel, Charles Denner, Johnny Halliday, Charles Gérard, Aldo Maccione), Claude
Lelouch va montando una farsa cómica impresionista, a golpe de gag, escena a escena, sin otro hilo
conductor que la avaricia y la pérdida de la inocencia política. Los tiempos
mandan, ya que estamos a comienzos de la caústica década de los setenta. La
película se hace simpática en un primer visionado pero no consigue la atención
del espectador en un segundo pase, a causa de un ritmo francamente asincompado
que, además, dispara el metraje hasta las dos horas. Sin embargo, atención a
varias de las situaciones y a varias burlas narrativas: una auténtica delicia,
por su irónico sentido del humor.
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