3*
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Dedicada a Rosa Celinda |
Trevor Reznik (Christian Bale) es
un trabajador que sufre de insomnio y que, como consecuencia de ello, comienza
a cometer errores en la cadena de montaje y también a sufrir alucinaciones. Además,
está perdiendo peso de una forma enfermiza, todo lo cual produce el rechazo de
sus compañeros y de sus jefes. Brad Anderson, el director de la curiosa
Transsiberian, lleva a la pantalla tres
excelentes interpretaciones, la de
Christian Bale (en plan Robert de Niro), la
de Jennifer Jason Leigh y la de Michael Ironside, para contar una historia en
flashback que destaca por su minuciosa puesta
en escena (al estilo de
Memento). En
este sentido, es una película de finales, como
El sexto sentido o
Los otros.
Por lo que una vez que se conoce el desenlace, casi nadie vuelve a transitarla.
Por otro lado, la ambientación y la fotografía es mate, parda, desaliñada, como
un polígono industrial lluvioso de Detroit, o una secuencia de
Se7en, a la que
Roque Baños entrega una
BSO impersonal pero efectiva. Rodada en Barcelona, con probabilidad se trata de
la mejor producción de la Fantastic Factory en España (de ahí la presencia de
Aitana Sánchez-Gijón en el reparto así como de algún que otro cartel publicitario),
junto con
Dagon, y una de las
películas que mejor ha representado en pantalla la paranoia causada por el
insomnio así como el insomnio producido por el sentimiento de culpa. De alguna
forma, es el complemento perfecto de la
inspiradísima Spider, de David Cronenberg.