Tras la trilogía de El señor de los anillos (una jugada maestra desde el punto de vista
cinematográfico y artístico), Peter Jackson presenta la primera parte de su
segunda trilogía. Esta vez sobre la novela infantil El Hobbit, cronológicamente anterior a las aventuras de las tres
primeras películas. Y si es comprensible que las más de 1.300 páginas de El
señor de los anillos se conviertan en tres films,
no lo es tanto que una novela de poco más de 300 se transforme en casi 8 horas
de cine. Aquí comienza el primer problema de esta enorme producción: que la
historia tiene muchos puntos muertos, escenas estiradas absurdamente y bajones
rítmicos por doquier. La historia no da para más. Pero hay algún que otro
problema añadido. Por ejemplo, el espíritu infantiloide de la trama, de algunos personajes
y de algunos diálogos así como su humor ramplón. Igualmente, la historia calca
de alguna manera la excusa argumental de la primera trilogía: un viaje
iniciático y de aventuras que debe hacerse formando parte de un grupo
heterogéneo. Es verdad que algunas escenas son impresionantes (como la de la
cueva de los trasgos, por ejemplo), especialmente si se contemplan en 3D, y que
algunos planos paisajísticos son excepcionales, pero Jackson no consigue que el
espectador deje de sentir una especie de déjà
vu por cuanto está viendo en pantalla. Eso si no se aburre soberanamente o
si no le da por pensar acerca de la enorme suerte que tienen todos y cada uno
de los personajes. En definitiva, una película repetitiva, estirada en buena
parte de su metraje, infantil en su desarrollo y que, además, resulta
inverosímil incluso para el género mitológico-fantástico al que pertenece. Es
decir, El Hobbit: un viaje inesperado
es como La amenaza fantasma: una
película innecesaria. Casi nadie la verá en años sucesivos.
es para disfrutar de las batallas, los paisajes y ver de nuevo los personajes que nos gustan. nada más. supongo que no pretende dejar huella en la historia del cine. simplemente hacer algo más de caja, que no me parece mal. esto es una industria. he visto el link de la cueva ahora, aunque ya he visto la película y sí que es impresionante. claro que tienen suerte. es un cuento. no es un drama. un cuento de hadas para niños y mayores. no hay nada de malo que tenga un espíritu infantil. según la lectura y la imaginación de cada uno. abrazos
ResponderEliminarQuerido Anónimo: pues sí, Zineface no te quita la razón sino todo lo contrario. La cuestión es hacer que los personajes "tengan suerte" de una forma más convincente, simplemente. Y lo del espíritu infantil es ya propio de la novela original aunque Peter Jackson podría haber intentado evitar esos guiños humorísticos e infantiloides respecto de buena parte del metraje. Pero bueno, es eivdente que no es obligatorio. Pero entre lo infantil y lo adulto, convendría recordar que está también lo juvenil. Un abrazo también para ti y los mejores deseos para este año que está a punto de comenzar.
ResponderEliminartotalmente de acuerdo contigo Zineface, la verdad es que es un mero calco, un "Déjà vu", y no entretiene, la verdad, suena todo a "hacer caja", como bien dices tú también "anónino"...
ResponderEliminarFELIZ AÑO A TOD@S
Querido Anónimo: eso es justo lo que piensa Zineface, que es un "déja vu" en toda regla. De ahí la ausencia de novedad, emoción y chispa que es lo mínimo que debería tener una película. Muchas gracias por tu comentario y a disfrutar del Año Nuevo.
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