En el corredor de la muerte, hay un hombre condenado por un crimen que
no ha cometido. Un crimen "racial". Fuera de la cárcel, un periodista medio alcohólico,
en horas bajas, con líos de faldas y problemas familiares, sale en busca de una
historia de “interés humano” para satisfacer el morbo de los lectores. Sin
embargo, lo que encontrará es una de esas pepitas de oro que le salvará la
vida. Pero no solo a él. Ejecución
inminente es como uno de esos clonados telefilms
de sobremesa que retransmienten
cadenas como Antena 3, en España, o como la FOX, en los EE.UU., pero que, en
realidad, consiste en un ejercicio muy sobrio y muy efectivo de suspense cinematográfico. Dirigido e interpretado por Clint Eastwood, el film mantiene un muy buen pulso
narrativo y desliza al espectador alguna que otra crítica sociológica aunque,
en definitiva, se se lastrado por varios innobles elementos melodramáticos y
lacrimógenos en el desarrollo. En cualquier caso, una película estimable y,
hasta cierto punto, admirable, dentro de la magnífica filmografía del director
de Carmel y que, además, contiene varias excelentes interpretaciones (como la
de Lisa Gay Hamilton). En definitiva, una película políticamente incorrecta, en el buen sentido de la expresión, y con un excelente desarrollo del suspense. Por cierto, el final tiene un cierto parecido con otro
thriller a recuperar, El silencio de la sospecha.
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