Continúan las aventuras semi oníricas de Reggie Bannister, el cuarentón, y Mike, el veinteañero, en pos de
El Hombre Alto (Angus Scrimm), justo en el momento donde se quedaron en la
anterior entrega. Coscarelli sigue con su extraña y atractiva mezcla de cine
fantaterrorífico y ciencia ficción, ambientado en el mundo de los cementerios y
los tanatorios. En esta entrega, Reggie contará con la ayuda de un niño
huérfano y de una joven chica experta en artes marciales con la que, como es
preceptivo, intentará tener la escena de cama pertinente. El humor se inserta
sin mucho disimulo en una historia que calca la fórmula que ha hecho famosa a
la serie entera: la sorpresa permanente. En todo caso, la excusa argumental de
inicio se intenta amplificar con la introducción de lo que parece un complot cuasi necromántico contra la humanidad, en el que el propio Mike tiene un papel
medular. Así como su hermano mayor, Jody, supuestamente fallecido en la primera
entrega.
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