Dos ladronzuelos en paro
perpetran un atraco chapucero y salen huyendo en un taxi secuestrado con el
hijo de uno de ellos. Mientras el taxista se les une en su huida a Francia, una
pareja de policía y la ex mujer de uno de ellos les siguen la pista por las
carreteras de Euskadi. Hasta que pasan por Zugarramurdi y chocan frontalmente
con una conspiración de brujas. El problema con el cine de Alex de la Iglesia,
en general, y con esta película en particular, es que una cosa es la concepción
del film (o la idea de fondo) y otra
muy distinta su ejecución. De la Iglesia adormece al espectador con una
arrítmica sucesión de gags en los que
ocurren cosas (algunas, incluso, interesantes) y, otros, en los que no pasa
nada pero los personajes no dejan de hablar (como en el cine de Bajo Ulloa).
Por eso, esta película (y buena parte del resto de su obra) tiene múltiples
bajones, que la música no consigue disimular. De hecho, la música no encaja ni
con la historia ni con la atmósfera, por lo que termina fastidiando. Usando,
una vez más, el recurso artístico de un casi infinito plantel de actores y cameos
(rasgo que comparte con la saga de Torrente,
¡qué curiosidad!), de la Iglesia sufre un nuevo gatillazo con una de sus
fantaterroríficas historias à la
Berlanga. Y la culpa la tiene, además de lo ya mencionado, el resto de los
elementos habituales del director: su característico humor costumbrista aunque
de raigambre pop, una dirección standard y autoconsciente, un guión
desmembrado, actores flojitos (lo más divertido es la interpretación de Mario Casas),
gore digital, etc. Pero lo peor, sin
duda, es un desenlace patético y esperpéntico (en el mal sentido de la palabra).
Hay dinero, hay aciertos, hay guiños pero el resultado final vuelve a
decepcionar, sobre todo por lo que podría haber dado de sí. Por cierto, un
último corolario analítico: De la Iglesia ilumina las escenas nocturnas con dejadez,
haciendo que el espectador más sensible a la fotografía se hastíe de esos
continuos focos “ocultos” que subrayan elementos del atrezzo o de la
ambientación.
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