domingo, 31 de julio de 2016

Mis 5 imprescindibles de Penelope Spheeris:


-       Suburbia (1983).
-       Los chicos de al lado (1985).
-       Wayne’s World ¡Qué desparrame! (1992).
-       We Sold Our Souls for Rock ‘n Roll (2001).
-       La verdad sobre el caso Enron (2003).

Atrapado (Aka Trapped)

2*
 
Cuatro estudiantes de derecho deciden explorar unas cuevas en las montañas de Georgia, en el condado de Baker. Pero lo que no saben es que un poblado white trash tiene un puñado de salvajes rurales desatados. Primero contra el ayudante del sheriff y, segundo, contra ellos mismos ya que tienen la desgracia de presenciar cómo asesinan a aquel. Una de las producciones de terror/horror que jalonan la filmografía de William Fruet (como su Death Weekend o Party Killer), sin más interés que el de presenciar algunas de las ideas que se quedaron colgadas en ese thriller cajun que era Deliverance. Fruet cuenta la historia con cierta pericia pero con un montaje ciertamente descuidado (especialmente al final de la historia). La película termina por desesperar porque no es ni lo suficientemente tensa ni lo suficientemente feroz, aunque incorpora ciertos desnudos y ciertas vivezas para asegurar su explotación comercial. Además, por mucho que Henry Silva se esfuerce, no parece un redneck en toda regla. Lo mejor del film es, sin duda, la intepretación de Barbara Gordon así como la ironía jurídica final. 




sábado, 30 de julio de 2016

El último americano virgen (Aka The Last American Virgin)

2*

Es por todos sabido que la extraña pareja formada por Golan-Goblus se asentó en los EE.UU., a comienzos de la irredenta década de los setenta, tras su desvirgamiento cinematográfico previo, producido en tierras palestinas, en Israel, con su productora Noah Films. De hecho, lo primero que hicieron los amigos de la Cannon, al llegar a la tierra prometida, fue versionar algunos de sus primeros éxitos. Es el caso de esta comedia estudiantil USAmericana, basada en Lemon Popsicle, especialmente burda, desprejuiciada y escatológica pero con un final agridulce realmente atípico. La cámara sigue las correrías de 3 amigos de distintas apariencias y personalidades en pos del polvo seráfico. Y, para ello, nada mejor que enlazar pizzas, coches, fiestas, urbanizaciones american middle class, piscinas, salas de recreativos, situaciones en las que meter mano, The Police, etc. Es decir, estamos ante un producto especialmente elaborado para satisfacer las necesidades pustulantes de la adolescencia. Aunque el film sea de los ochenta, de unos indeterminados y ultraconservadores ochenta, la fecha de caducidad está escrita en los propios títulos de crédito, por cierto. ¡Bienaventurados serán los pobres de espíritu porque, como dijo Mateo (20. 1-6), los últimos serán los primeros! ¡Y los primeros los últimos!

El hombre lobo (Aka The Wolf Man)

2.5*

El terror gótico está de moda, señoras y señores. Por ello, no es de extrañar que los productores cinematográficos decidan reactualizar alguno de los mitos clásicos del género. Ni tampoco es extraño que lo hagan mirando, a la vez, a las elaboraciones de la Universal y a las reelaboraciones de la Hammer. El director de Cariño, he encogido a los niños, Joe Johnston, un artesano poco reconocido en el negocio, atrapa las raíces oscuras y románticas de la leyenda de Harry Talbot en esta correcta adaptación dirigida a las nuevas generaciones de fans. En unos 100 minutos de metraje, se suceden algunos de los lugares comunes del género aunque todo ocurre de una forma muy rápida, desapegada, sin dramatismo ni épica. Por otro lado, los momentos más oscuros, subrayados por una apropiada ambientación estética, sorprenden por estar brutalmente iluminados. Los FX, precio a pagar a esta época TIC, están digitalizados a tope, cuando un buen y simple maquillaje hace maravillas. La transformación en hombre lobo, uno de las obligaciones de cualquier creación visual sobre este personaje, rinde pleitesía al aséptico croma pero el diseño final respeta la venerable tradición inaugurada por Lon Chaney jr. El otro punto a favor de la película descansa en la labor de los actores (Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Hugo Weaving, Emily Blunt, y los icónicos Max von Sydow y Geraldine Chaplin). Dos años después de este film, James Watkins insuflaría nueva vida a una de las mayores productoras británicas del género con La mujer de negro (que es, a su vez, un remake de un telefilm muy chulo anterior).

Sadomanía, el infierno (Aka el infierno de la pasión)

2*

En una prisión de mujeres en top less, de algún lugar de Centroamérica, y dirigida por una tosca lesbiana, suceden todo tipo de abusos sexuales, incluso escenas de bestialidad. Otra de las sexploitation del tío Jess, perteneciente al subgénero WIC y que fue rodada en coproducción (fórmula esencial en el cine del español). En el plantel principal, la película cuenta con la presencia de la despampanante porn star Ajita Wilson así como de la hermosa Gina Janssen. Es decir, en este caso, Jesús Franco no cuenta para narrar sus tórridas fantasías calenturientas con ninguna de sus principales musas (Soledad Miranda o Lina Romay, su propia mujer). Aunque, eso sí, el film cuenta con el característico cameo del director (como cobrador gay) así como con la presencia de Antonio Mayans, buen amigo del creador. La puesta en escena busca la apariencia de qualité pero se queda en uno más de los intentos del director por materializar su talento cinematográfico en el seno de una historia (y de un género) francamente marginal. Como atractivo añadido, se ha de destacar la participación de las núbiles Ursula Buchfellner y Uta Koepke (que acababa de rodar El triángulo de las desnudas), que aportan belleza y juventud al producto. La música, por cierto, es del propio autor. En fin, uno más de los incontables subproductos del director español.

miércoles, 27 de julio de 2016

Donde viven los monstruos (Aka Where the Wild Things Are)

2*

Maurice Sendak es uno de los autores de literatura infantil más vendidos y más leídos del mundo. Su obra ilustrada es una auténtica delicia, al igual que sus diferentes textos y ensayos sobre las más diversas cuestiones (por ejemplo, los recopilados en Caldecott & Co.). Sendak es una institución mundial en el campo de la creación visual. Por eso, cuando Spike Jonze decidió adaptar Where the Wild Things Are, su clásico de 1963, las expectativas estaban creadas. Sin embargo, el resultado deja mucho que desear, especialmente desde el punto de vista del guión, que no satisface ni a los espectadores más jóvenes ni a los más mayores y nostálgicos. De hecho, la película es tan poco sentimental como el libro pero la historia original se pierde en mil y un vericuetos y la imagen real no ayuda a entrar en una historia protagonizada por actores y monstruos reales que no conmueve ni emociona. El carácter simbólico del cuento, donde cada monstruo representa un miedo infantil, está bien representado pero Dave Eggers, autor de The Circle y guionista ad hoc, no consigue empatizar con la inmensa mayoría del público. Es una lástima. Mucho más interesante es el cortometraje que dirigió Gene Deitch, en 1973, sobre la misma base creativa. O la personalísima versión que Jim Henson hizo de otra obra de la misma trilogía, Outside Over There, que se transformó en Dentro del laberinto.

Danko: calor rojo (Aka Red Heat)

2*

Para empezar, la traducción del título ya es errónea. Heat es la palabra que se utiliza, en argot, para referirse a la policía. No tiene nada que ver con el calor. Para seguir, la película es el típico subproducto cinematográfico USAmericano de finales de la ultraconservadora década de los ochenta, en el género thriller policíaco. Dos agentes de muy diversa condición (un policía frío de la KGB y un “tirillas” de Chicago) han de trabajar juntos y a la fuerza para perseguir a un criminal soviético que ha huido a la tierra de las oportunidades capitalistas. Walter Hill insiste en buscar el éxito fácil y le sale el tiro por la culata, haciendo una más de las Buddy Movies insubstanciales que asolaron la época. El film tiene errores evidentes de montaje, unas interpretaciones de serial radiofónico y un guión flojo y correoso como un postre de gelatina. Lo más curioso del asunto, sin embargo, es el discurso ideológico que Hill introduce en los intersticios de la trama, desde el plano inicial del “Directed by Walter Hill” hasta las palabras del jefe de los “cabezas rapadas” en la cárcel. En definitiva, una lasca más en el ascenso de la musculada carrera del actor austriaco, Arnold Schwarzenegger, y una obra anacrónica desde el mismo día de su estreno: en 1989, cayó el Muro de Berlín y, con él, buena parte de la mitología de la Guerra Fría sobre la que se intentó levantar este absurdo espectáculo. Como curiosidad, el mismo año, Fukuyama publicó su soflama a favor del fin de la historia y demás sandeces neo liberales.

martes, 26 de julio de 2016

Brigada criminal

3*

Fernando es un policía novato que, casi el mismo día en que se ha licenciado, presencia un atraco a un banco. En la comisaría no le dan el caso pero sí otro que le lleva, poco a poco, al atraco del principio. Por el camino, habrá de infiltrarse en la banda, con lo que conocerá de primera mano los subterfugios del hampa, tanto de Madrid como de Barcelona. La obra maestra del prolífico Ignacio F. Iquino y casi un hito en la historia del policíaco español, repleta de esa sensibilidad proletaria y barriobajera que contrasta con su simpatía por el régimen franquista (vid. El tambor del Bruch, El judas o Trigo limpio, por ejemplo), aunque supone un adelanto del tipo de cine que acabaría haciendo, durante los años setenta y ochenta. Radiografía de los bajos fondos madrileños de la época así como de los procedimientos criminales para sacarlos a la luz, el conjunto está narrado con un pulso que mezvla lo documental y lo melodramático, lanzando pinceladas retratistas al artisteo, con gotitas de thriller y, por supuesto, con la típica moralina carpetovetónica propia del realizador. En definitiva, un cuasi noir patrio, aunque sin el espíritu underground de los mejores logros del cine negro USAmericano: es decir, el discurso político del film es el de una plena aceptación del status quo, ya que los criminales lo son por avaricia o por maldad, nunca por razones sociológicas o económicas. Al contrario que Billy Wilder, que creía que lo mejor para transmitir un mensaje era poner un telegrama, el cine de Iquino sí que tiene mensaje. Atención a la señorita Albéniz, de traje negro, como una Rita Hayworth, y con la elegancia de Soledad Lence. 

viernes, 15 de julio de 2016

Mis 5 imprescindibles de Alfredo Landa:


-       Vente a Alemania, Pepe (1971).
-       El crack (1981).
-       Los santos inocentes (1984).
-       El bosque animado (1987).
-       La marrana (1992).

Operación Ganímedes (Aka Operation Ganymed)

3*

La misión Ganímedes vuelve a la tierra tras recorrer millones y millones de kilómetros por la galaxia y tras varios años por el universo. Pero una serie de situaciones hace que su aterrizaje no sea tan apacible y heroico como se esperaba. De hecho, la nave aterriza en el mar, cerca de la costa, rodeados de un desierto implacable y sin nadie a la vista. Sin ningún recibimiento ni aplauso. Los astronautas, asombrados, intentan sobrevivir en un paraje inhóspito mientras se preguntan qué ha pasado en la tierra. Estamos ante una curiosa producción alemana de ciencia ficción, con varios tiempos muertos y un ritmo que exige del espectador lo que el cine de género USAmericano da mascadito pero que, a la postre, resulta una muy interesante reflexión cinematográfica sobre las capacidades del hombre para auto destruirse. El director, Rainer Erler, exprimiendo sabiamente los pocos medios de producción disponibles y alternando entre una línea cronológico-temporal y varios flashbacks semánticos, se sirve de un desconocido grupo de actores teutones (uno de ellos con rasgos de Freddy Mercury y Stacy Kech), entre los que destaca un jovencísimo Jürgen Prochnow, para subrayar nuestro desamparo vital así como el sinsentido de varias de nuestras empresas y proyectos. La música, que alterna entre la fanfarria, irónicamente descontextualizada, y la música interplanetaria de La linterna mágica, subraya muy bien el carácter insólito del producto, una auténtica rara avis en la cinematografía europea de la época. Aunque hay que recordar que el cine del este (ruso, checoslovaco, polaco, etc.) transitaban con cierta asiduidad parámetros parecidos a esta estupenda y sorprendente gema de la Sci-Fi survival europea.

miércoles, 13 de julio de 2016

Diferente

3*

El vástago de una familia bien, en la España de comienzos de la era tecnócrata, se dedica a la farándula, ocasionándole no pocos disgustos, especialmente por sus inclinaciones homo eróticas, algo que se sugiere poderosamente en el film y que, curiosamente, pasó la censura nacional-católica del momento. El actor y bailarín Alfredo Alaria construye un estupendo musical, con música de jazz y soul, sobre la vida de este personaje, sus relaciones personales y familiares y su propio trabajo. Y lo hace bajo la batuta del director Luis María Delgado. Estamos ante una obra atípica en el cine español de la época (y casi de cualquier época), ya que supone un estilizado ejercicio visual y narrativo (casi en la línea de un Douglas Sirk o de un Robert Wise), organizado alrededor de distintos números musicales, creativa y profesionalmente ejecutados, iluminados y montados. Una delicia pop, rupturista con casi todo lo que se estaba haciendo en España en ese momento y con un auténtico tour de force de su poco carismático y endeble actor protagonista, así como de su conjunto de baile. Spain is not different pero algunos españoles sí que lo son. Por suerte.

La ambición de Jodie Palmer (Aka Hard Country)

3*

La lozana Jodie Palmer (Kim Basinger) es una telefonista de Dallas, Texas, que está muy enamorada de su novio (Jan-Michael Vincent) pero, también, muy aburrida de su forma de vida y de sus rutinas, tanto laborales como de ocio. En particular, de las borracheras que se agarra su pareja, con sus amigotes, en los bares country de la ciudad. Por eso decide irse a vivir a California. La alternativa de él es trabajar para su hermano vendiendo casas prefabricadas, lo que implica una cierta prostitución de sus pulsiones vitales (y una cierta madurez, todo hay que decirlo), o acompañar a su novia. Como decía el cartel anunciador “The living was easy. It’s leaving that’s hard”. Con estos hilos se teje esta curiosa comedia agridulce sobre perdedores, uno de los géneros favoritos de la filmografía USAmericana, muy pegada a la idiosincrasia del Estado de la estrella solitaria pero con ese espíritu típico del país que refleja el American Way of Life y que subraya la posibilidad de aspirar a una vida mejor. David Greene, un interesante director de origen inglés (alumno del Oxford Playhouse), pero formado en Canadá y en los EE.UU., pergeña visualmente esta estupenda historia, muy bien interpretada y con un guión sencillo pero efectivo. En el reparto, una jovencísima Daryl Hannah así como la estrella local Tanya Tucker. Para recuperar las ganas de vivir y de amar, sin más.

lunes, 11 de julio de 2016

Ojos sin cara (Aka Madnes Aka Gli occhi dentro)

1.5*

Nimia película de terror italiana, perpetrada por Bruno Mattei con su alias USAmericano (Herik Montgomery) y protagonizada por la ignota Monica Seller. La creadora de un comic titulado Dark Doctor sigue la pista de los asesinatos de un cruel criminal que parece inspirarse en su creación. Justo en plena efervescencia de Dylan Dog, el creador de Apocalipsis caníbal escarmienta a un público aburrido de giallos con una trama mil veces vista, nulísima creatividad narrativa, diálogos de MHYV, escenas de relleno a tutiplén, efectos especiales propios del primer curso de una academia de maquillaje, música de sintetizador ebrio, anti-actores, en fin… La gloria bendita del adolescente incauto y completista de la época pero, vista ahora, no pasa de ser un film mediocre y chapucero, obra de un director todoterreno con más ganas que logros. Como curiosidad comparativa, el mismo año de su estreno, John Carpenter entregaba a la historia del cine una de sus más robustas obras maestras. Y, por cierto, aunque el título lo sugiera, no tiene nada que ver con la obra maestra de Georges Franju.

Quantum of Solace

2.5*

Un montaje rápido, vertiginoso, pero imperfecto, sigue las sucesivas peripecias de un Bond descontrolado, justo al día siguiente del final de Casino Royale y, por tanto, justo un día después de la muerte de Vesper Lynd (Eva Green). Pasable continuación temático-emocional de la obra maestra de Martin Campbell, dirigida con pulso errático e irregular por Marc Foster (de hecho, son los mismos guionistas en las 2 cintas). Daniel Craig cada vez está más convincente en el papel de 007: contundente, frío y elegante a partes iguales (de hecho, podría defenderse que es el mejor espía al servicio secreto de su Majestad, después de Roger Moore, por supuesto; es decir, es el actor más convincente poniendo la cara al agente secreto británico que salió de la pluma de Ian Fleming). La chica Bond esa que sale (Olga Kurylenko), sin ser espectacular, produce cierta admiración y el astuto y despiadado Némesis francés (Mathieu Amalric) crea un personaje a la altura de la trama y del mensaje eco-político de fondo. Un mensaje que, por cierto, es ciertamente apropiado al espíritu de los años 00 en que fue estrenada esta vigésimosegunda producción de la saga y que, como curiosidad, contiene un homenaje a James Bond contra Goldfinger. Sin ser una fiesta del cine, Zineface no cree que mucha gente pueda salir de la sala oscura decepcionada con el film. Sin embargo, se insiste, tampoco estamos ante una película inolvidable.