Basura televisiva, made in Asylum, es decir, rodada con un par de dólares y cero talento y con un porrón de efectos cromados y CGI de saldo. Sin
ir más lejos, el actor que hace de Thor parece cualquier cosa menos un dios
escandinavo, de las trazas y del peinado que me lleva. De hecho, parece uno de
los hermanos pequeños de Gary Busey. Al igual que su martillo de la
“imbecilidad”. Perdón, de la “invencibilidad”. Por otra parte, aparece un
Richard Grieco en horas bajísimas, haciendo de un Loki que parece un Derek Zoolander
medio yonqui medio gótico. Un despropósito, vamos. La fotografía es plomiza y
monocromática y la mayoría de la película está rodada como en un polígono de
Los Ángeles, con la gente pasando de fondo, con graffitis en las paredes y con
los coches circulando como si nada fuera con ellos. En fin, esta PastillaCrítica debería haber acabado
con la primera palabra pero puestos a ser justos, la película puede proporcionar
unas buenas risas a un buen grupo de amigos que se propongan verla en una
fiesta. O puede ayudar, al volumen adecuado, a echarse una buena siesta. En
cualquier otro caso, de verdad, que nadie pierda el tiempo con esta
abominación. Vergonzosa. Y, encima, un mockbuster
en toda regla.
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