domingo, 4 de marzo de 2012

El moderno Sherlock Holmes

4*

Ahora que está relativa y muy pasajeramente de moda el cine mudo, vayamos a los verdaderos orígenes, concretamente a 1924, cuando Buster Keaton campaba a sus anchas como uno de los más grandes cómicos del momento, junto a Charles Chaplin y a Harold Lloyd. En esta película, interpreta a un joven proyeccionista que sueña con ser un gran detective -el crime-crushing criminologist, Sherlock Jr.-, lo que conseguirá, precisamente, adentrándose en una película que está proyectando en el cine en el que trabaja, aunque, en realidad, todo ocurre en sus propios sueños. Keaton encadena gag tras gag en una imaginativa y divertida sucesión de aventuras, persecuciones y sketches. Además, muestra su incomparable genio a la hora de sintetizar en imágenes un sólido guión, apoyado con unos increíbles efectos visuales y un magnífico montaje, en el que participó el propio Keaton. Y, todo ello, en unos entretenidísimos 45’. Woody Allen se inspiraría en esta comedia para su La rosa púrpura del Cairo y John McTiernan para El último gran héroe.


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