De las tres
dignas versiones que se han rodado sobre la famosísima novela de Richard Matheson, Soy leyenda, esta es la
primera y la más fiel en espíritu y en letra. Por tanto, no extraña encontrar
al mismo Matheson colaborando en el guión, (aunque tuvo que usar un seudónimo
porque quedó descontento con el resultado). La apocalíptica historia se centra
en la rutina diaria del doctor Robert Morgan (Vincent Price), único
superviviente de una plaga vírica, en un mundo atestado de vampiros, a los que
persigue e intenta exterminar. Por su parte, el propio Matheson se aseguró de
que los seres que acosan al protagonista no fueran mutantes ni zombies, sino
vampiros, como en el texto original (aunque tengan comportamientos parecidos a
los zombies de George A. Romero, todo hay que decirlo). Sidney Salkow firma una
coproducción entre la AIP e Italia,
con una más que correcta interpretación de Vincent Price, una lúgubre
fotografía del siempre excelente Franco Delli Colli y un mensaje desolado y
pesimista. Otras lenguas más chismosas
han sugerido una lectura en el marco de la Guerra Fría. En todo caso, parte de la trama recuerda a esa rareza de 1959, El mundo, la carne y el diablo, de Ranald MacDougall. Para adentrarse en ficciones post apocalípticas, es muy recomendable
la compilación de John Joseph Adams, Wastelands: Stories of the Apocalypse,
que destaca la atracción por la aventura, la lucha por la supervivencia y la
exploración de nuevas fronteras, no solamente físicas, como los principales atractivos
que subyacen a este tipo de narraciones.
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