lunes, 20 de mayo de 2013

Un hombre lobo americano en Londres

3.5*


En la actualidad, salvo contadísimas excepciones, nadie suele hablar de los creadores de los FX digitales. Sin embargo, no hace mucho, los diseñadores de efectos especiales sí que conseguían hacerse un hueco en la industria cinematográfica cuando impresionaban con su trabajo a los espectadores. Este es el caso de Rick Baker, que ha pasado a la historia por algunos de los mejores maquillajes y animatronics de las últimas décadas. De hecho, en este film, consiguió una de las mejores transformaciones licántropas que se han visto en el cine. Por lo menos para la época, como siempre se ha de decir. Lo mismo que su discípulo, Rob Bottin, en Aullidos. En todo caso, Un hombre lobo americano en Londres supone una estimable y honesta actualización del mito del hombre lobo, rodada con mucho cariño y conocimiento de causa y gracias, sobre todo, a una adecuada fusión entre el género de terror y la comedia USAmericana de los ochenta, aderezado con una muy british historia de amor. John Landis rinde homenaje al mito de Larry Talbot aprovechando un guión bien compacto y una solvente producción. Por cierto, la película está repleta de guiños cinéfilos (Nosferatu, Sweeney Todd, La maldición del hombre lobo o El Álamo, por ejemplo). Además, el score acompaña a la historia con varias referencias irónicas a lo que pasa en pantalla (como las canciones Blue Moon o el tema de la Creedence Clearwater Revival, Bad Moon Rising). 



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