sábado, 30 de noviembre de 2013

Mis 5 directores de fotografía imprescindibles (II):


-       Lucian Ballard (Atraco perfecto o Grupo Salvaje).
-       Vittorio Storaro (Apocalypse Now o Novecento).
-       Jack Cardiff (Las zapatillas rojas o La Reina de África).
-       Néstor Almendros (Mi noche con Maud o Días de cielo).
-       Conrad Hall (Los profesionales o A sangre fría).
 

viernes, 29 de noviembre de 2013

El mago de Oz (Aka The Wizard of Oz)

4*
Dedicada a Jennifer Vegas

Desde hace más de sesenta años, El mago de Oz es la adaptación canónica de la novela de L. Frank Baum (cuya principal novedad respecto al texto original es su naturaleza musical), una obra maestra del cine fantástico y un divertimento philosophique en toda regla, apto para todas las edades (aunque francamente dirigido a un público juvenil, a diferencia de Alicia en el país de las maravillas, con la que guarda, a propósito, varias similitudes). Una película deliciosa, repleta de personajes, situaciones y escenarios excéntricos, que bascula entre la fábula moral y la sátira social y con un exquisito sentido de lo maravilloso (la bruja del Este, la Ciudad Esmeralda, el camino de baldosas amarillas, el propio Mago de Oz, etc.). El film tiene un diseño de producción delicioso, apuntalado por un saturado uso del Technicolor, repleto de esa mágica estética USAmericana que parece inspirada en una mixtura entre la obra de W.W. Denslow, Norman Rockwell, Maxfield Parrish y Arthur Rackham. Los actores seleccionados no conforman la flor y nata de la interpretación hollywoodiense de la época pero cumplen con creces sus respectivos roles. Judy Garland, por su parte, arrasa con su maravillosa Dorothy y, ademas, ha dejado para la posteridad una de las mejores versiones del Over the Rainbow, compuesto para la BSO (aunque hay muchas excelentes versiones posteriores, por supuesto). Por otro lado, el resultado final, el que disfrutamos en pantalla, no muestra el enorme conjunto de problemas y dificultades que sufrió la elaboración de este film (nótese, por ejemplo, la cadena de directores que tomaron el control del proyecto en distintas fases de su producción, desde Richard Thorpe hasta Victor Fleming, por ejemplo). Mervyn LeRoy, por tanto, hizo un buen trabajo tras bambalinas. Como curiosidad, el alma mater de la ELO, Jeff Lyne, compuso un disco progresivo conceptual inspirándose en el mismo material, El Dorado. Por cierto, Sam Raimi acaba de estrenar una nueva versión del mundo de Oz.




jueves, 28 de noviembre de 2013

Elemental, Dr. Freud (Aka The Seven-Per-Cent Solution)

3.5*

El sabueso más prestigioso de Gran Bretaña debe acudir a la consulta del Doctor Freud para recibir tratamiento sobre una diabólica obsesión que le está arrastrando indefectiblemente a la autodestrucción. Una vez en Viena, los doctores Freud (Alan Arkin) y Watson (Robert Duvall) deberán conseguir que Sherlock Holmes (Nicol Williamson) abandone, además, su adicción a la cocaína, en la que ha caído por un trauma alojado en su subconsciente. En medio del tratamiento, se sucede una serie de insólitos acontecimientos que se relacionan con el preceptor de los hermanos Holmes en Sussex, el profesor Moriarty (Laurence Olivier), con el Emin Pasha y con el secuestro de una hermosa mujer, Lola Deveraux (Vanessa Redgrave). Basándose en un grandioso guión, el director de Sueños de un seductor, Herbet Ross, transforma en imágenes una popular novela de Nicholas Meyer, para lo cual se apoya en una puesta en escena realmente original e innovadora, una atractiva ambientación (obra del gran Ken Adam) y una música, de John Addison, que funciona como el cómplice perfecto de lo que se contempla en pantalla. Además, el espectador podrá disfrutar de varias y sorprendentes novedades sobre la biografía del más famoso de los detectives consultores, algo que sorprendería al mismísimo Baring-Gould. Es verdad que se le podrían eliminar algunas escenas innecesarias (como la de la partida de tenis, por ejemplo) e, incluso, podría haberse cambiado al actor que encarna a Holmes pero, a la postre, el film se erige como una de las más inteligentes y entretenidas recreaciones del universo cinematográfico holmesiano.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Te quiero, te quiero (Aka Je t'aime, Je t'aime)

3.5*

Un hombre que se acaba de suicidar, es seleccionado por un equipo de científicos para probar una extraña máquina del tiempo. La idea es regresar al pasado justo un año antes y volver al presente un minuto después de comenzado el experimento. Pero el viaje se complica y el sujeto revive casi de arriba abajo su relación con Catrina, una mujer a la que ha amado y odiado a la vez. Resnais, después de sus extraordinarias reflexiones sobre la memoria y el tiempo (Hiroshima, mon amour y El año pasado en Marienbad), presenta una obra mucho más accesible que, curiosamente, fue un auténtico fracaso crítico-comercial en su época. Siguiendo la premisa de Godard sobre la narración e inspirándose en la obra de Borges, Resnais presenta la historia de una relación a través del poder selectivo y conformador de los recuerdos. Por eso, en el fondo, es una historia de amor, contada con la personal habilidad cinematográfica de Alain Resnais. Vista ahora, aparece como un film seminal para una buena parte de la ciencia ficción contemporánea y, especialmente, para la obra de David Cronenberg (atención a la máquina del tiempo en cuestión, pionero ejemplar de las materializaciones inspiradas en The New Flesh) y para la de Michel Gondry (en particular, para su Olvídate de mí). Muy bien rodada, muy bien montada y bien interpretada, Te quiero, te quiero se alza como una de las mejores realizaciones del director francés en los años convulsos de las revueltas sesentayochistas. Guión del interesante autor de Sci-Fi, Jacques Stenberg, y música del siempre vanguardista Krzysztof Penderecki. Por cierto, una puntualización. La inmensa totalidad de las películas pueden pastillerarse comenzando con la palabra “un” o “una” y siguiendo con el resumen del argumento. 

sábado, 23 de noviembre de 2013

Conan el bárbaro

2*

Marcus Nispel, el director del reciente remake de Viernes 13, perpetra esta otra actualización de otro clásico de los ochenta (el Conan el bárbaro de John Milius), en el que Arnold Schwarzenegger daba vida al mítico cimerio creado por Robert Howard. En este caso, se ha optado por un actor, Jason Momoa, que se parece un poco más a los lápices de John Buscema o de Ernie Chan (dos de los más populares artistas de la saga en cómic) pero cuya capacidad interpretativa y su carisma dejan mucho que desear, incluso comparándolo con el actor austriaco original. Como dijo Roger Ebert, el argumento trata sobre... bueno, no importa, da igual. Nispel presenta una trama sembrada de tópicos (desde 300 hasta La búsqueda, desde La momia hasta Piratas del caribe, desde El guerrero rojo hasta El señor de los anillos), con un pueril uso de la ambientación, unos efectos digitales anticlimáticos y un score impersonal a más no poder. Y es que, en el fondo, es una película más fantasiosa que fantástica, aunque los elementos de Sword & Sorcery merecen la pena, igual que la presencia de Ron Perlman o la voz del narrador (Morgan Freeman). Sin embargo, el montaje, el ritmo y la superficialidad de los personajes y de la trama acaban por reducir el potencial épico de la historia, dejándola en una simple aventura con cachas, chica guapa y malvados grotescos. Ah, y un buen puñado de desnudos de Europa del este. Es decir, ¡Por Crom! se queda en un film para adolescentes, sin mayor trascendencia u oportunidad.

jueves, 21 de noviembre de 2013

The Norliss Tapes (Aka Las cintas de Norliss)

3*

Un editor preocupado se encuentra unas cintas donde un escritor sobre lo paranormal relata un hecho fantástico que ha estado investigando: un hombre, dado por muerto, parece haber vuelto a la vida con la extraña forma de un vampiro, de un muerto viviente o de algo parecido (un diseño que, por cierto, recuerda un tanto al Solomon Grundy de la DC). Dan Curtis, el director de Pesadilla diabólica, rodó años antes este episodio piloto para una serie que nunca llegó a realizarse. Las cintas de Norliss es un telefilm curioso, bien realizado en sus aspectos técnicos y con una ambientación muy atractiva (los alrededores de San Francisco, Sausalito y Carmel). Además, supone un auténtico descubrimiento porque puede ser considerado un antecedente directo de una de las obras maestras del fantastique contemporáneo, En la boca del miedo, de John Carpenter. Harold Bloom considera que la poesía y la literatura están sometidas, invariablemente, al juego de la ansiedad de la influencia. Y que un artista posterior, para conseguir ser grande, debe superar el peso cruel y fratricida de sus admirados antecesores. En este caso, Carpenter sale victorioso aunque la película se deja ver.


martes, 19 de noviembre de 2013

Reencuentro (Aka The Big Chill)

3.5*

Con la muerte de Alex, unos viejos amigos de la universidad se reencuentran tras varios años de contactos esporádicos para pasar un fin de semana en la casa de una pareja amiga del difunto, en Carolina del Sur. Con el reencuentro, se recuperan las relaciones cruzadas y, con ellas, aparecen la nostalgía, los sueños perdidos y las dificultades y exigencias de la madurez. Aunque, al final, el tono del film se muestra positivo y reconciliador, aún teniendo en cuenta algunas subliminales críticas al capitalismo. El argumento y la intención de la historia se sitúan en la tradición del retrato generacional cuyas más recientes manifestaciones podrían ser Las invasiones bárbaras, Los amigos de Peter o Metropolitan. La película cuenta con un excelente reparto, unos diálogos que condensan profundidad psicológica y sutilidad emocional y una fotografía del DP de Gente corriente, que contextualiza a la perfección el ambiente sureño en el que se desarrolla la historia, un ambiente que representa las raíces que se consiguen con la edad. La BSO está repleta de viejas y admiradas canciones, desde los Rolling Stones (atención a la escena del entierro con el You can’t always get what you want de fondo) y Percy Sledge a Procol Harum y Aretha Franklin, entre otros. Laurance Kasdawn consigue uno de sus más límpios trabajos, curiosamente alejado de ese tórrido Fuego en el cuerpo, su anterior película.




lunes, 18 de noviembre de 2013

El hombre de la cuarta dimensión (Aka 4-D Man)

2.5*

Los hermanos Scott y Tony Nelson son dos reputados científicos. Uno de ellos trabaja para unos laboratorios mientras que el otro investiga por libre. Además de rivales en el campo de la innovación científica, también se enfrentan por el amor de Linda Davis, aspecto que le confiere una enorme actualidad a toda la película. En un momento de la trama, sus proyectos de investigación se cruzan y consiguen materializar la idea de Tony, atravesar la materia utilizando la cuarta dimensión, aunque este éxito tiene consecuencias funestas para Scott. El director de la casi mítica The Blob, Irvin S. Yeaworth Jr., presenta una película sorprendente, una mezcla de melodrama, thriller y Sci-Fi, en el marco de la Guerra Fría y con una interesante reflexión sobre dos formas distintas de concebir la investigación científica. La idea de base, las potencialidades de la energia nuclear, resulta apropiada para un final abierto y convenientemente ambiguo. Por otro lado, en alguna medida, la trama recuerda un tanto a la del film de Verhoeven, El hombre sin sombra. Sin embargo, no es una de las películas más conocidas de la fructifera década de los cincuenta (el número especial de 1994 de Nosferatu apenas la menciona en un par de ocasiones). Atención a la estupenda (aunque desajustada) BSO, un score compuesto enteramente de jazz, lo que supone una innovación para la época, al igual que la fotografia a color, al contrario que casi todas las películas de ciencia ficción de la época, que estaban rodadas en B&W.



viernes, 15 de noviembre de 2013

Mis 5 imprescindibles de Liliana Cavani:


-       Galileo (1968).
-       Portero de noche (1973).
-       La piel (1981).
-       Dove siete? Lo sono qui (1993).
-       El juego de Ripley (2002).


Underground

4*
Dedicada a Svetlana Radoulska
Marko y Petar son dos personajes que viven enamorados de la misma mujer, Natalia, lo que produce no pocos problemas entre ellos. Durante la Segunda Guerra Mundial, Petar “Blacky” queda encerrado en un sótano, hecho que Marko aprovecha para alejarlo de la realidad y para quedarse con Natalia. Durante la dictadura de Tito, la Guerra Fría y la propia Guerra de Yugoslavia, Marko hace creer a los que habitan en el sótano que la invasión nazi aun no ha acabado, una premisa similar a Goodbye Lenin!. Underground es una película histriónica, absurda, surrealista, que narra las andanzas y desventuras de un pueblo durante cuatro décadas. Kusturica ofrece una imagen de su tierra natal con los mismos cristales deformados con los que Pedro Almodovar o Aki Kaurismaki retratan sus respectivas sociedades. Con la diferencia de que Kusturica cuenta una historia con mucha garra e ingenio, dramática y cómica a partes iguales. En este sentido, es un mix casi perfecto porque Underground tiene un elemento dramático (casi trágico), aunque no llega al nivel de El tiempo de los gitanos; tiene asimismo un elemento surrealista (una especie de realismo mágico) aunque no llega a rozar el nivel fantástico de su inconoclasta El sueño de Arizona; y, finalmente, tiene también un elemento cómico aunque no llega al grado con el que está rodada La vida es un milagro (una versión balcánica de La vida es bella pero ambientada en la Guerra de Bosnia). En definitiva, una radiografía esperpéntica, metaficcional y ditirámbica de la Yugoslavia reciente, con una narración que se pierde en mil vericuetos y que termina por arrastrar el film hasta casi las 3 horas (165’). El retrato que ofrece Kusturica de la Yugoslavia contemporánea puede ser complementado con el que presenta Srdjan Karanovic en Petria’s Wreath. Por cierto, la BSO, obra de Goran Bregovic, es una delicia.



martes, 12 de noviembre de 2013

Humanoides del abismo (Aka Humanoids From the Deep)

2.5*

El argumento es el siguiente: unos extraños seres, medio asalmonados (diseñados por Rob Bottin, nada menos), están sembrando el pánico en un pequeño pueblo pesquero del norte de California. Además, las víctimas son violadas salvajemente, lo que dispara la preocupación de la comunidad y de la policía, que se ponen manos a la obra para deshacer el entuerto. En la estela de Tiburón, John Landis coloca esta película en el mismo estante Serie B que The Monster of Piedras Blancas y Horror of Party Beach. Una delicia entretenidísima, producida por Roger Corman, dirigida por una tal Barbara Peeters y que ha sido elaborada al horno, con mucho cariño, a partir de una receta compuesta por 4 ingredientes sencillos pero muy sabrosos: una historia con un apropiado mensaje ecologista; un grupo de personajes entrañables y un buen puñado de chicas potencialmente despelotables; una nostálgica admiración por las añejas películas de monstruos; y, por último, una concepción del ritmo fílmico apabullante, que no deja tiempo para el aburramiento. Sin ningún tipo de vergüenza ni aspiraciones y a pesar de sus múltiples errores, este disaster film se deja ver y se queda en la memoria. Como escribió John Kenneth Muir, aunque sea una auténtica sleazy movie, The Monster (como también se conoció) constituye una pequeña joya dentro del cine exploit de la época. Una joya que, además, dice cosas sobre el momento y la sociedad que la creó: finales de la década de los setenta y comienzos de la ultraconservadora década de los ochenta.




lunes, 11 de noviembre de 2013

Capitán Phillips

2.5*

El Maersk Alabama, propiedad de la mayor compañía de transportes marítimos del mundo, es atacado por un grupo de piratas somalíes, hecho que precipita la intervención del ejército USAmericano, incluidos sus temidos Seals, así como la resistencia del capitán (un omnipresente Tom Hanks) y de su propia tripulación. Paul Greengrass dirige una historia basada en hechos reales, con la suficiente solvencia técnica y narrativa pero lastrada por un desarrollo salpicado de errores y cuyo mensaje final se muestra un tanto ambiguo (el barco transporta ayuda humanitaria, los piratas son pobres pescadores empujados por señores de la guerra, etc.). Además, según los supervientes del ataque original, Greengrass presenta al capitán Philips como si fuera un típico héroe de películas yanquis de acción, lo cual parece que no se corresponde con la realidad. Al mismo tiempo, la historia se desarrolla sorteando varios descuidos graves de guión (como las escenas de la manguera –en las que un marinero podría haber retirado la escalerilla- y la de la entrega del lider de los piratas, por ejemplo). La BSO se muestra convenientemente cómplice con la tensión y el suspense aunque, en algunas ocasiones, la cámara en mano marea al espectador y el montaje parece un tanto a la deriva. En todo caso y probablemente de forma involuntaria, la película emerge como una contundente metáfora de la situación de los EE.UU. en el mundo y, sobre todo, de sus desproporcionadas respuestas militares.