3.5*
Un hombre que se
acaba de suicidar, es seleccionado por un
equipo de científicos para probar una extraña máquina del tiempo. La idea es
regresar al pasado justo un año antes y volver al presente un minuto después de
comenzado el experimento. Pero el viaje se complica y el sujeto revive casi de
arriba abajo su relación con Catrina, una mujer a la que ha amado y odiado a la
vez. Resnais, después de sus extraordinarias reflexiones sobre la memoria y el
tiempo (
Hiroshima, mon amour y
El año pasado en Marienbad), presenta
una obra mucho más accesible que, curiosamente, fue un auténtico fracaso
crítico-comercial en su época. Siguiendo la premisa de Godard sobre la
narración e inspirándose en la obra de Borges, Resnais presenta la historia de
una relación a través del poder selectivo y conformador de los recuerdos. Por
eso, en el fondo, es una
historia de amor, contada con la personal habilidad
cinematográfica de Alain Resnais. Vista ahora, aparece como un
film seminal para una buena parte de la
ciencia ficción contemporánea y, especialmente, para la obra de David
Cronenberg (atención a la máquina del tiempo en cuestión, pionero ejemplar de
las materializaciones inspiradas en
The
New Flesh) y para la de Michel Gondry (en particular, para su
Olvídate de mí). Muy bien rodada, muy
bien montada y bien interpretada,
Te
quiero, te quiero se alza como una de las mejores realizaciones del
director francés en los años convulsos de las revueltas sesentayochistas. Guión
del interesante autor de
Sci-Fi,
Jacques Stenberg, y música del siempre vanguardista
Krzysztof Penderecki. Por
cierto, una puntualización. La inmensa totalidad de las películas pueden
pastillerarse comenzando con la palabra “un” o “una” y siguiendo con el resumen
del argumento.