Un editor preocupado se encuentra unas cintas donde un escritor sobre lo paranormal relata un hecho fantástico que ha estado investigando: un hombre, dado por
muerto, parece haber vuelto a la vida con la extraña forma de un vampiro, de un
muerto viviente o de algo parecido (un diseño que, por cierto, recuerda un tanto al Solomon Grundy de la DC). Dan Curtis, el director de Pesadilla diabólica, rodó años antes este episodio piloto para una serie que nunca llegó a realizarse. Las cintas de Norliss es un telefilm
curioso, bien realizado en sus aspectos técnicos y con una ambientación muy
atractiva (los alrededores de San Francisco, Sausalito y Carmel). Además,
supone un auténtico descubrimiento porque puede ser considerado un antecedente
directo de una de las obras maestras del fantastique contemporáneo, En la boca del miedo,
de John Carpenter. Harold Bloom considera que la poesía y la literatura están
sometidas, invariablemente, al juego de la ansiedad de la influencia. Y que un artista
posterior, para conseguir ser grande, debe superar el peso cruel y fratricida
de sus admirados antecesores. En este caso, Carpenter sale victorioso aunque la película se deja ver.
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