martes, 17 de diciembre de 2013

Manolo la nuit

1.5*
Manolo la luit (Alfredo Landa), un auténtico especimen celtibérico, trabaja en la costa española como guía turístico donde, además, se dedica a flirtear con las fantasías sexuales de decenas de extranjeras. Hasta que su mujer se entera y decide darle un escarmiento con la ayuda de su cuñada. Mariano Ozores y Vicente Coello (guionista de las películas de Paco Martínez Soria), se enfundan los guantes de la sutileza y el buen gusto y presentan la típica comedia, fina y sofisticada, sobre el diálogo entre dos culturas: la España conservadora, machista y reaccionaria y la España aperturista (representada por el turismo, el alterne y ese Alfredo Landa tocando rodillas a tutiplén en las piscinas y en las boite, como un José Luis López Vázquez). Herederas del cine del “cateto entrañable”, desarrolladas por los landismos de todo tipo y precursoras del cine de destape, S y X posterior y del cine cutrecasposo en general, las “españoladas” (el “cine de barrio setentero” o, simplemente, el cine cómico tardofranquista) han tenido diversas etiquetas pero todas ellas ponen el dedo en la llaga al subrayar la naturaleza presentista, casi ad hoc, de esta corriente cinematográfica, realizadas para retratar el aquí y el ahora del país, la españa pre democrática. De hecho, esta clase de producciones proporciona, inconscientemente, lo que Miguel Ángel Huerta ha denominado el reflejo de una época, con sus costumbres, sueños, miedos y prejuicios. Y también, con sus moralejas y valores. Aunque, especialmente, como el mismo Alfredo Landa ha dicho, el landismo intenta retratar el aperturismo moral frente a la represión sexual anterior, propia de una cultura católica ultra conservadora. En este sentido, aun a costa de su propia caricatura, el landismo representó una auténtica (pero bizarra) escuela sexual para la época, aunque ahora podamos verlo como algo históricamente coyuntural y artísticamente zafio, a medio camino entre el astracán, el sainete de costumbres y la revista, entre el teatro popular y el cine exploitation.



No hay comentarios:

Publicar un comentario