viernes, 31 de enero de 2014

Canción de cuna para un cadáver (Aka Hush... Hush, Swett Charlotte)

3.5*

Charlotte Hollis (Bette Davies), una vieja solterona y antigua niña mimada del Sur, ha de abandonar su vieja mansión porque en sus terrenos se va a construir una autopista. Sin embargo, se niega a aceptar el deshaucio y, con la ayuda de su prima (Olivia de Havillad) y de un amigo de ambos (Joseph Cotten), intentará luchar contra la expropiación pero se enzarzará en una trama de engaños y rencillas personales. El director de Doce del patíbulo, rueda una historia tortuosa con una puesta en escena que combina una dirección clásica con un diseño de producción y una iluminación casi gótica, de un retorcimiento lumínico casi expresionista, obra del operador habitual del director, Joseph Biroc. Cautro años después de Psicósis, dos de ¿Qué fue de Baby Jane? y estrenada el mismo año que Una mujer atrapada, Robert Aldrich ilumina con hermosos claroscuros morales y una buena dosis de brutalidad fílmica (precursora del giallo y del slasher) una historia que mezcla drama sureño, investigación criminal y cine de misterio, con su correspondiente trauma juvenil. La atmósfera está excelentemente conseguida y el film cuenta con varias espectaculares interpretaciones, tanto del trío protagonista como de Agnes Moorehead, Bruce Dern, George Kennedy y Mary Astor, en el último papel de su carrera. Una película estimulantemente sórdida, una mixtura neogótica entre Tennessee Williams y Dario Argento.



 
 
 
 
 

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