Una pareja de enamorados que se
acaban de conocer en una boda, van a pasar el día juntos y acaban visitando un
cementerio. En el interior de una cripta hacen el amor y cuando deciden irse se
dan cuenta de que no encuentran la salida, lo que despierta los miedos y el
histerismo de ambos. Reflexión poético-visual sobre las fronteras entre la vida
y la muerte y sobre la corrupción de la belleza, obra de un Jean Rollin inspirado en la obra de Tristan Corbière y alejado de ese cine
erótico vampírico que tanto ha frecuentado. Con una estructura relativamente
circular y en tres partes (hasta que los dos personajes comprenden que no
pueden salir, la noche en el cementerio y la danza elegíaca final de la
protagonista), La rosa de hierro
presenta muchas de las obsesiones del director galo: el sexo, el
fetichismo de la muerte, la desnudez, el contraste entre la naturaleza y la
sociedad, la artificiosidad de las relaciones humanas, etc. Rodada con una
interesante mezcla gélida de erotismo, simbolismo y ambiguedad, la película no
está ni mal iluminada ni mal rodada, ni mal fotografiada ni mal musicalizada,
aunque las interpretaciones son un poco exasperantes. Por cierto, Rollin
todavía sigue en activo, sorprendiendo y aburriendo a partes iguales a sus
innumerables seguidores. Junto con Acoso
en la noche, uno de los films más
interesantes de su extraño director.
No hay comentarios:
Publicar un comentario