En el Madrid de 1975, tres pequeñas hermanas huérfanas comienzan a vivir,
en la casa paterna, con su tía Pauline. Ana, la mediana de las tres hermanas, empieza
a evocar y a ensoñar la presencia de su madre, recientemente fallecida, así
como la de su padre, militar de profesión. Carlos Saura, nuevamente producido
por Querejeta, continúa con su análisis simbólico de la sociedad española tardofranquista, especialmente sobre su forma de vida y sus tres pilares: la
falange, la iglesia y el ejército. Una sociedad que, por cierto, se opuso al film. En este caso, Saura retrata pausada,
intelectual y sutilmente el clima de represión moral e hipocresia en el que
fueron criados buena parte de los sucesores del franquismo, incluso en vísperas
de la muerte del dictador. En particular, Saura retrata el dominio al que
sometió a las mujeres a la vez que sugiere sus pedagógicas consecuencias. De
ahí, probablemente, el título del film.
En todo caso, la película es también un retrato del paso de la infancia a la
adolescencia, ejemplificado por la mirada de la pequeña Ana Torrent, cruel,
tierna y risueña a la vez (una mirada ya adiestrada por el gran Víctor Erice
para su maravillosa El espíritu de la
colmena, de dos años antes). Convendría destacar la modernidad de la música de Jeanette, como ya hiciera Saura en La
caza, con el twist. Estupendas
las interpretaciones de Alterio, Chico, Chaplin, Randall y Torrent. La nota
discordante sería la muerte de una cobaya para los fines dramáticos de la obra,
absolutamente injustificada. Pero, por otro lado, es tan típico del cine de la
época y del país que casi no extraña, ajeno como estaba a una tratamiento
generoso para con el resto de animales.
la película me impresionó cuando la vi hace años. muchas de las cosas que retrata y que en españa eran algo común me parecieron surrealismo puro. retrata muy bien lo rancio. retrata la oscuridad dentro de la mente de la gente y los intentos de romper con esto. creo que el director no está valorado todo lo que debería.
ResponderEliminarEfectivamente, querid@ Anónim@: es un retrato despiadado de todo lo rancio que se ha querido pasar por una vida normal. Zineface considera que Saura es uno de los directores españoles más importantes y personales. Y no es el único que lo piensa. Es verdad que al lado de Buñuel y de Berlanga, su cine es más coyuntural pero igualmente interesante. Seguiremos reivindicando su cine. Un saludo y gracias por tu comentario.
ResponderEliminarTienes razón que no es comparable con Buñuel, que es lo más grande que ha dado el cine español y que está entre los mejores de todos los tiempos a nivel mundial. Berlanga no le conozco bien. Es una lastima que últimamente no se ven directores de su calidad. Cada 5 años aparece una cosa memorable pero para mi no hay grandes ahora. En la filosofía y literatura ocurre algo parecido. Por cierto, he visto Ghost World que la crítica elogia y a mi los actores y el ambiente me han parecido estupendos pero como historia no me dice nada. Esperando pastilla a ver que opinas. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerido Anónimo, muchas gracias por tu comentario y por compartir tus impresiones. Zineface está de acuerdo con lo que dices sobre Ghost World y confiesa que prefiere el comic. Más tarde o más temprano, habrá una PastillaCrítica sobre ella, por descontado. Por otro lado, con la reducción de la edad media del espectador de cine, es probable que haya bajado la calidad y profundidad media del cine que se hace en la actualidad pero, en todo caso, sigue habiendo grandísimos creadores. A John Ford no se le valoró hasta que no dirigió su La diligencia y Las Uvas de la Ira. Es decir, tenía más de 45 años y llevaba dirigidas más de 70 películas. Por otro lado, es difícil que aparezca un artista grande, en el sentido que nosotros conocemos, cuando la producción cinematográfica se ha encarecido tanto, por un lado, cuando es tan complicado estrenar una película, por el otro, y cuando hay un abanico tan amplio de obras, autores, países y nacionalidades que digerir. Es difícil destilar lo bueno de lo malo y lo superior de lo magnífico. Pero Zineface sí piensa que hay grandes y los seguirá habiendo, aunque incomparables entre sí.
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