La joven Meg vive con sus
padrastros en una granja de un pueblo perdido del Medio Oeste USAmericano. Su
compañero de instituto, del que se siente atraida, comienza a trabajar para su padre adoptivo (Edward G. Robinson) y, poco a poco, comienzan a descubrir pequeñas señales
sobre un oscuro secreto cuyo símbolo es una casa roja que se encuentra en un
bosque cercano a la granja. Con una excusa argumental que recuerda a la de El bosque de M. Night Shyamalan, Delmer
Daves firma un secreto y casi deconocido clásico del cine de suspense, dirigido
con elegancia y buen gusto e interpretado con el vigor tradicional de sus dos
actores protagonistas (el mencionado más Judith Anderson). Además, tanto la
fotografía como la música (de Miklós Rózsa) apuntalan convenientemente los elementos misteriosos
y sugestivos de la trama, transformando a esta pequeña cinta, que parece hecha sin
grandes pretensiones, en una entretenida historia de arcanos rurales, algo que
hubiera hecho las delicias de autores como Algernon Blackwood o Arthur Machen.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGran pelicula, bella reseña
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario y por tus palabras, tanpien2!
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