“Yes! Say it a million times. Then say it a
million more. And the word you will have said two million times is... Yes!”.
Esta es la premisa del film: un tipo
con la vida más chusca que el día a día de Travis Bickle decide decir “sí” a
cualquier oportunidad que se le presente durante un año. El resultado: una
muesca más en la trayectoria repetitiva de Jim Carrey, perpetrada por el experto en comedias post-adolescentes, Peyton Reed. Di que sí se apoya en el mundo de la autoayuda, los gurús y el life coaching para retratar una
sociedad, la USAmericana, obsesionada con la autosuperación personal y la asertividad.
La película es ilógica, irrisoria, absurda, repleta de falsos valores,
convencionalismos y callejones morales sin salida. Las interpretaciones son
exageradas y algunos diálogos y algunos gags
avergüenzan. Pero, sin embargo, proporciona una sonrisa satisfactoria y una
bocanada de oxígeno adulterado por varios motivos, especialmente por coquetear
con lo freak y lo políticamente incorrecto.
Algo así como un The Big Band Theory
en largo. No parece casualidad, en este sentido, que la BSO esté repleta de
canciones de Eels, esa banda
unipersonal, liderada por Mr. E, que ha hecho por bandera musical el cinismo weird, por un lado, y la superación vital, por el otro. La biografía del propio Mr. E da las pautas en este
sentido. Y sus letras no desentonan, desde luego.
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