Radiografía top
down de una de las causas inmediatas de la crisis económica actual, la
especulación y la avaricia, permitidas y alentadas por el capitalismo post-industrial.
En este sentido, Margin Call supone
un loable intento por poner caras y nombres a los responsables del desaguisado
económico-financiero que está ahogando a las clases medias y a las clases bajas
pero que sigue enriqueciendo a las clases más pudientes y poderosas de esta
parte del mundo (de ahí, lógicamente, el comportamiento de Jeremy Irons al
final del film). Uy, perdón, que
teniendo en cuenta el cacareado “fin de la historia” y el dominio triunfal de
ese neoliberalismo orquestado por los estados (y toda su contradictoria y
prehistórica ideología), ya no hay clases. Bueno, pero siempre queda algo: los
que ganan dinero y los que se lo ganan. Esta película da buena cuenta de ambos
grupos de personas aunque nos avisa sobre ese sorprendente sometimiento de "los empleados" white collar, ese enorme grupo de asalariados
intercambiables cuya principal característica es, según Siegfried Kracauer, su sempiterna inseguridad económica
y personal. Somos como las remóras de los tiburones capitalistas del mundo.
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