viernes, 4 de septiembre de 2015

Electric Boogaloo: la loca historia de Cannon Films

3*

Mark Hartley pidió a los primos Menahem Golan y Yoran Globus que participaran en un proyecto de documental sobre la historia y el legado de la Cannon Films. Ambos cineastas declinaron el ofrecimiento y el director siguió su investigación sin ellos. Lo que se puede contemplar en pantalla es una historia sobre el ascenso y la caída de la productora, desde sus orígenes en Israel (con éxitos como Polo de limón) hasta su desaparición a comienzos de la década de los noventa, repasando sus grandes Blockbusters (Yo soy la justicia, Delta Force o Cyborg) y fracasos (La manzana, Sahara o Yo, el Halcón), además de sus obras de qualité (como El tren del infierno, Barfly: El borracho u Otello) y sus múltiples basuras (Bolero, Going Bananas o las dos infumables versiones de la Lambada). Injertando decenas de entrevistas y de testimonios en una urdimbre narrativa ya clásica (desde el Eddie Bartlett de James Cagney) y cuasi cronológica, Electric Boogaloo sigue las andanzas financieras y artísticas de ambos creadores, dos auténticos prestidigitadores del show business, dos tipos que se atrevieron a enfrentarse a las major de Hollywood aunque terminaron escaldados. Pero ahí está la herencia de ambos hombres, una herencia que incluye una nueva forma de hacer y de vivir el cine y de la que se debería destacar, además de algunas de las películas mencionadas en esta PastillaCrítica, Al otro lado de Brooklyn, un film vivo y vivificante, protagonizado por Elliot Gould y que casi nadie ha visto. La versión oficial del estudio la proporciona el documental que los propios Golan/Globus estrenaron solo 3 meses antes de esta obra: The Go-Go Boys: The Inside Story of Cannon Films.

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