sábado, 26 de septiembre de 2015

La máscara y la piel (Aka The Triple Echo)

3*
Jennifer O’Neill pasó el verano del 42 más sola que la una, en ausencia de su marido, alistado en la marina USAmericana que sirvió en la 2ª G.M. Sin embargo, durante esas vacaciones estivales, se entregó al amor con un inmaduro adolescente a punto de dejar de serlo. En este film, la granjera Alice (Glenda Jackson), que tiene a su marido prisionero de los japoneses en esa misma conflagración mundial, recibe a un misterioso soldado británico en su solitaria finca del countryside inglés. Poco a poco, comienzan a intimar y, parafraseando creativamente a Cernuda, la soledad y el deseo harán el resto. Extraña producción de Michael Apted (casi casi su estreno cinematográfico oficial, tras una interesante carrera como director de teleseries y algunos documentales), en la que la ambientación, la interpretación y una dirección sobria como un vaso de leche de antaño hacen el resto. La película toca temas tan interesantes como la deserción, el travestismo o el crimen por amor pero lo más destacable es la fascinante caracterización de la Jackson, partenaire de un Oliver Reed rudo como un sargento en celo y de un Brian Deacon femenino y frágil como una muñeca de porcelana. Una muy interesante loseta en el camino de baldosas amarillas de ese maravilloso cine olvidado de la irredenta década de los setenta. A redescubrir.


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