viernes, 4 de marzo de 2016

Moneyball: Rompiendo las reglas (Aka Moneyball)

2.5*

El título del film resume a la perfección de qué va la película: de dinero y de pelotas. De pelotas de baseball, se entiende. El argumento se basa en la típica situación cíclica a la que tienen que enfrentarse todos los clubs del mundo: los Athletics, un equipo de Oakland, frente a San Francisco, jubila a 3 jugadores importantes a los que hay que buscarles sustituto. El general manager del equipo (Brad Pitt) conoce a un joven licenciado en económicas de Yale (Jonah Hill) al que contrata para que le asesore en el proceso de recompra de varios nuevos jugadores. Y, en vez de seguir a los ojeadores y asesores del equipo, se deja llevar por las estadísticas del economista novato y reinventa el deporte nacional USAmericano. La película es uno de los cantos del cisne sobre el deporte de Joe DiMaggio, lo que pasa es que toma dos estrategias un tanto contradictorias: por un lado, intelectualiza el juego, mitificando a los individuos que mueven los hilos del negocio. Por otro lado, apuesta por una filosofía del segundón, del relegado, ya que el motor del capitalismo también se mueve con piezas descartadas que no quiere nadie. Segundas oportunidades, cultura del esfuerzo personal y del trabajo en equipo (individualmente liderado, eso sí), obsesión por el mundo laboral. En fin, todo lo que una buena película para televisión sobre el tema podría tener pero multiplicado por un presupuesto gigante (que incluye la presencia de Joe Satriani tocando el Star-Spangled Banner, o la de Robin Wright o la del recientemente fallecido Philip Seymour Hoffman) y por un guión sorkinizado a tope. Sin  más. Un vaso de escupideras que se mueve entre la experiencia, la intuición, la vida familiar y las matemáticas. Y el aburrimiento. Ahh, y al parecer está basada en hechos reales, la repanocha del cine telefilmico. Sí, ese que según se termina de ver se olvida.

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