Para conseguir el papel de Audra,
Samantha Eggar se hace pasar por loca y es ingresada en un manicomio con la
ayuda de un director bastante especialito. Pero Striker, el director, la deja
encerrada y convoca a 6 candidatas para que pasen un fin de semana en su
mansión y así poder hacer una audición con todas ellas. Para complicar las
cosas, Eggar se escapa y decide planear una venganza. Con esta historia tan
rocambolesca, inspirada, quizás, en Corredor
sin retorno, el desconocido Richard Ciupka cocina un slasher siguiendo el libro de recetas canadiense, sin muchas
virtudes que destacar y con una historia y un desarrollo ciertamente
deficitarios pero que, sin embargo, puede despertar cierto interés en el
espectador más fiel al género. Primero, por la presencia de la Eggar. Segundo,
por alguna escena bien pergeñada y ciertas gotas de erotismo malsano. Tercero,
porque supone todo un homenaje al cine de terror, desde Suspiria, Prom Night y Viernes 13 hasta Trampa para turistas o 7
mujeres atrapadas, por ejemplo. Y, cuarto, por el típico y aparentemente
inesperado final, que transforma al film
en una especie de antecedente de la saga Scream.
Pero, quinto, para enamorados del slasher, en todo caso.
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