Film de terror semidesconocido, obra de una década gloriosa en la historia
del cine de género, la de los setenta, y que cuenta con el protagonismo de una
mujer y de una casa encantada. Decide irse a vivir a la mansión de su tía,
recientemente fallecida, para intentar superar otra muerte familiar y su propio
y conflictivo divorcio. En el pueblo, todo el mundo reacciona con estupor
cuando se enteran de que está viviendo allí, por el miedo que les infunde el
lugar, salvo un joven y apuesto, old
fashion gentleman, llamado Paul. Y, a partir de aquí, una historia, lenta y atmosférica, de fantasmas. La historia se sigue con cierto interés
porque el ritmo y el suspense están convenientemente desarrollados y
dosificados. El argumento es interesante, aunque recuerda a otros films parecidos
(como el de Asesino invisible). Sin
embargo, los elementos de tensión y de horror del film no han conseguido vencer al paso del tiempo y se muestran en
la actualidad un tanto naive e
ingenuos. En todo caso, una cinta curiosa y estimable. Como es habitual en la
época, la película cuenta con la presencia de una vieja estrella
Hollywoodiense en horas bajas. En este caso, Josepth Cotten (como Bette Davis
en Pesadilla diabólica o Glenn Ford
en Cumpleaños mortal, por ejemplo). Para pasar un regular mal rato, vamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario