jueves, 19 de enero de 2017

Pasaje para un coche fúnebre (Aka The Hearse)

2.5*

Film de terror semidesconocido, obra de una década gloriosa en la historia del cine de género, la de los setenta, y que cuenta con el protagonismo de una mujer y de una casa encantada. Decide irse a vivir a la mansión de su tía, recientemente fallecida, para intentar superar otra muerte familiar y su propio y conflictivo divorcio. En el pueblo, todo el mundo reacciona con estupor cuando se enteran de que está viviendo allí, por el miedo que les infunde el lugar, salvo un joven y apuesto, old fashion gentleman, llamado Paul. Y, a partir de aquí, una historia, lenta y atmosférica, de fantasmas. La historia se sigue con cierto interés porque el ritmo y el suspense están convenientemente desarrollados y dosificados. El argumento es interesante, aunque recuerda a otros films parecidos (como el de Asesino invisible). Sin embargo, los elementos de tensión y de horror del film no han conseguido vencer al paso del tiempo y se muestran en la actualidad un tanto naive e ingenuos. En todo caso, una cinta curiosa y estimable. Como es habitual en la época, la película cuenta con la presencia de una vieja estrella Hollywoodiense en horas bajas. En este caso, Josepth Cotten (como Bette Davis en Pesadilla diabólica o Glenn Ford en Cumpleaños mortal, por ejemplo). Para pasar un regular mal rato, vamos.

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