Tras la asombrosa e innovadora combinación -de ciencia
ficción clásica, estética biomecánica y patrones importados del género de
terror- que contenía Alien, el 8 pasajero,
James Cameron tenía por delante una tarea bastante complicada: realizar una
secuela de la magistral película de Ridley Scott que fuera una fiel
continuación y, a la vez, algo totalmente distinto. De esta manera, Cameron
recupera la intención de los guionistas originales, Walter Hill y David Giler,
y rueda una obra maestra de acción claustrofóbica, muy realista en su
concepción y desarrollo, con un apropiado ambiente militar (inspirado en la
obra de Robert A. Heinlein, Starship
Troopers) y siguiendo la premisa de su predecesora: una heroína al frente
de la acción -magníficamente interpretada por Sigourney Weaver, por cierto-
pero en esta ocasión enfrentándose no a un único alien (como en la primera parte), sino a toda una colonia de xenoformos. Magnífica en todos sus aspectos técnicos y artísticos, Aliens sobresale por un conseguidísimo in crescendo dramático y por un épico clímax final que llega a producir
admiración en cualquier espectador, por muy aguerrido que sea. Curiosamente, justo un año después, en 1987, aparecería en pantalla otro alienígena despiadado, Predator.
Sin duda mi pelicula de ciencia-ficción favorita. Una mezcla a partes iguales de ingenio argumental, humor y acción que permiten a este film aguantar el paso del tiempo,y seguir siendo una pelicula de culto, lo que no le sucede a sus secuelas. Este film hace invalida la máxima parte de que "segundas partes nunca fueron buenas", lo que siempre es una buena notica, pues superar la primera parte no era tarea fácil.
ResponderEliminarSaludos Zineface.
Totalmente de acuerdo, J.Ignacio. Y, a propósito de lo que dices, el Padrino II es tan buena o más que El Padrino I, no te parece? Muchas gracias por tu comentario.
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