lunes, 20 de febrero de 2012

La caja 507

3*


Años antes de la contundente No habrá paz para los malvados (2011),  el director vasco Enrique Urbizu ya había probado suerte con el thriller policial en su opera prima Todo por la pasta y en la más solvente La caja 507, que es el retrato de una venganza, espoleada por un descubrimiento casual. Está ambientado en el submundo de la especulación inmobiliaria (que expolia el litoral español) y se basa en un guión un tanto inverosímil (obra del propio Urbizu y de Michel Gaztambide) pero que en pantalla funciona a la perfección, gracias –especialmente- a una excelente planificación y a las convincentes interpretaciones de los dos actores protagonistas, Antonio Resines y José Coronado (especialmente la del segundo). Unas interpretaciones que, por otro lado, hacen innecesario mantener el suspense sobre la base de un recurso habitual en el género: un montaje artificioso. La película podría haber sido mucho más interesante si se hubieran pulido incongruencias de guión y se hubiera mantenido -o apuntalado- el ritmo de la trama. Y en este punto, tiene algo de responsabilidad el score ya que, lo que menos destaca es, sin duda, la BSO de Mario de Benito, aunque hay que decir que el sonido, en general, también es francamente mejorable.


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