Curiosa pero fallida revisión más serie B todavía del clásico de Jacques Tourneur La mujer pantera, con toques típicos del
subgénero, especialmente del clásico de Kurt Neuman, La mosca (de sólo dos años antes, 1958). Pero que estas referencias
cinéfilas no nos engañen, la película mueve más a la risa que al pavor, de
tantas escenas bizarras y vergonzosas que encadena la historia: desde el propio
disfraz de la mujer avispa (cutre a más no poder) hasta el pseudo ataque de un gato; desde los torpes diálogos hasta esa
secretaria que no deja de limarse las uñas y para la cual parece que no hay un
trabajo definido; desde el atropello más económico de la historia del cine
hasta esos experimentos de saldo del doctor Zinthrop con un perro adulto y un
cachorro, intentando hacernos creer que tienen la misma edad; o intentando
hacernos creer que una rata blanca es la cría de un conejillo de indias; desde
esas imágenes de las supuestas avispas (que son, en realidad, abejas), hasta ese
final absurdo (sic). Y podríamos seguir. Además, la historia salta de Nueva
York a Los Ángeles con un desparpajo que da gusto. En fin, que como experiencia
fílmica bien merece escurrir el bulto pero como experiencia psicotrónica bien
vale esos 73’, como algunas películas del modestísimo Ed Wood jr. Aviso a
navegantes: la música, constante, disonante y muy, muy cansina, puede causar más de un trastorno. Lo único destacable del
film es la salerosa interpretación de la menuda Susan Cabot, actriz que tuvo
una vida realmente dramática.
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