Adelantándose a
la violencia crepuscular del Grupo
Salvaje de Peckinpah y en la línea del estilo sobrio y sucio de Leone, Sergio Corbucci (el "segundo Sergio") hace una lasca en el Colt
del Western europeo con la historia
de Django (Franco Nero), un ex soldado yanqui que vive arrastrando un ataúd en
el que enterrar su violento pasado. A su alrededor, dos bandas enfrentadas -los racistas sureños
capitaneados por el Mayor Jackson (Eduardo Fajardo) y los revolucionarios de
Hugo Hernández (José Bódalo)-, y una hermosa y apaleada
mujer, María (Loredana Nusciak). Django pretende vengarse (la eterna historia de mil y un Westerns) y, de paso, liberar al pueblo donde se están refugiando, por turnos, todos
estos personajes. La situación, por tanto, recuerda ligeramente a Yojimbo. Corbucci filma una película descarnada, violenta y
embarrada (como la moral de gatillo fácil de todos y cada uno de los personajes de la historia), con su característico estilo, un estilo que sería fagocitado y exagerado en otros films posteriores, como Keoma. La BSO, del argentino Luis Bacalov, utiliza atmósferas y motivos creados por Ennio Morricone, presentes en
la mente de los espectadores. Por último, multitud de directores han copiado y
recreado escenas de la película, como Quentin Tarantino en Reservoir Dogs.
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