Lured, en su
título en inglés, es uno de los primeros thrillers en la historia del cine sobre una investigación policial que sigue
escrupulosamente las pistas enviadas por un serial
killer que, además, se inspira nada menos que en Charles Baudelaire. Un
asesino poeta que solo persigue a mujeres jóvenes y bonitas y frente al cual
está el inspector Harley Temple, interpretado nada menos que por Charles Coburn
(que volvería a trabajar con
Douglas Sirk en la comedia ¿Has visto a
mi chica?) y, a su lado, Sandra Carpenter, una joven, bonita y recién
contratada detective que servirá como cebo (de ahí el título original). Para
ello tendrá que presentarse a todos los anuncios de contacto, método que, al
parecer, usa el asesino para conocer a sus víctimas. Algunas características destacables
de esta película son: un cuarteto de característicos de excepción (George
Sanders, Boris Karloff, Lucille Ball y el propio Charles Coburn), una narración
típica del Star System (es decir, pletórica
en su desarrollo y concisión y con un aprovechamiento perfecto de las elipsis)
y, finalmente, una intriga que se sigue con interés gracias al perfecto dominio
del suspense y al poder sugerente de un Londres creado en estudio, misterioso y
siniestro. Sin embargo, también presupone la forzada distracción del espectador
por lo que, en determinadas ocasiones, el desarrollo es un tanto predecible.
Por cierto, es un remake de una
película del gran Robert Siodmak.
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