La Fantastic Factory, en lo que supone un loable intento por implantar una industria del
cine de terror en España, ha coproducido 9 películas de género entre los años
2000-2006, rodadas en la piel de toro y con la colaboración técnico-artística
de distintos profesionales patrios. El espectro se mueve entre la estimable Dagon, la secta del mar y las costrosas Arachnid o Rottweiler, por ejemplo. En este caso, la idea era continuar
temáticamente el filón abierto con Re-animator,
una auténtica cult movie de los
ochenta que mezclaba con cierto tino el terror y la comedia bajo la apariencia
de una historia lovecraftiana. Brian Yuzna (sí, el creador de las apreciables Society y La novia de Re-animator) dirige un excremento cinematográfico que
no satisface ni a los seguidores del fantaterror ni a los seguidores de las
comedias más descacharrantes. Para terminar de redondear este bochornoso film, la película acusa un humor soez (ciertamente
apropiado para un público pustulante), unos efectos especiales mugrientos y
unos actores particularmente desencajados como Elsa Pataky y Santiago Segura
(más allá de la belleza interpretativa de la una y del desparpajo genético del
otro). Sin embargo, y casi como único input,
la película cuenta con la presencia del protagonista de la saga Herbert West,
el propio Jeffrey Combs. En definitiva, una muestra más del infinito y pulutante
infracine que se perpetra en uno y mil lugares de este, nuestro querido y
sorprendente orbe.
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