Curioso
telefilm USAmericano de terror con un argumento sencillo y original: Bubba
Ritter (Larry Drake) es un retrasado mental al que unos lugareños
acusan de haber matado a una niña. Huido a su casa, decide
esconderse en el interior de un espantapájaros. Pero los lugareños
siguen su rastro y comienzan a torcer las cosas. Frank De Felitta,
guionista de un par de obras menores del horror de finales de los
setenta y comienzos de los ochenta, entrega una historia sobrenatural
bien realizada, con una técnica cinematográfica básica, poco
elaborada, pero muy efectiva, especialmente para un público juvenil.
Además, entrega a la historia del cine una escena que Peter Weir
calcaría más adelante en Único testigo
así como varios momentos particularmente terroríficos. Hay que
subrayar la sorpresa al intentar utilizar el lado siniestro de una
figura (la del espantapájaros) que, a priori, puede parecer poco proclive a
su horrorificación, más allá de El
mago de Oz.
Aunque, de hecho, varias películas han intentando, con poco éxito,
transformarle en un psychokiller,
como Zona
restringida (Scarecrows).
La BSO, de Glen Paxton, desarrolla una partitura que simplifica las
sofisticaciones orquestales previas, como las de The
Stately Ghosts of England.
Por otro lado, la versión doblada al castellano tiene una pista de
audio infame.
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