Caleb Colton (¿un guiño al Caleb Williams de Godwin,
quizás?) es un joven que vagabundea por la ciudad en busca de diversión. Una
noche, conoce a Mae (Jenny Wright), una chica con la que comparte unas horas
pero, para su sorpresa, le da un beso en el cuello que termina por sangrar. A
partir de ese momento, Caleb sufrirá una extraña transormación, mientras los
amigos de Mae, su propia familia y la policía comienzan a cerrar el círculo
unos sobre otros. Una historia de vampiros ruinosos y desolados, casi un Western del Medio Oeste, firmada por la ex
de James Cameron, Kathryn Bigelow, y rodada con parte de la troupe que el director había exprimido a
conciencia en su reciente obra maestra, Aliens
(Bill Paxton, Lance Henriksen y Jenette Goldstein). La película es casi una road movie, ya que el clan de vampiros
está continuamente en movimiento, de Oklahoma a Kansas pasando por Texas y
Arizona. La música de Tangerine Dream,
el ambiente desértico a lo Carretera al
infierno, algunas escenas realmente poderosas así como el desaliñado general del film convirtieron a esta cinta en una película de culto para
adolescentes y jovencitos de todo el mundo, mucho antes que Crepúsculo y su piadosa saga. En todo
caso, no se benefició en nada del estreno casi simultáneo de Jóvenes ocultos.
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