2.5*
Otra de esas producciones
oportunistas que poblaron los
programas dobles durante un buen puñado de años. Con
una clara inspiración en
6 mujeres para
el asesino, la obra de Mario Bava (el codificador del género), y en
El pájaro de las plumas de cristal, de
Dario Argento (su más perspicaz popularizador), Emilio Miraglia urde su segundo
giallo (tras el éxito del primero), con
algunos de sus más conspicuos elementos: un trauma juvenil, una tétrica
leyenda, una herencia disputada, luchas de ambición empresarial y familiar, varios
crímenes por descifrar, varios sospechosos, máscaras de por medio, truculentos
asesinatos, etc. El guión es un tanto confuso pero se sigue con interés, en
especial por un
diseño de producción que roza lo gótico, algún que otro giro
“inesperado”, un
score de Bruno
Nicolai a la altura así como, en último lugar, por la belleza de las actrices protagonistas,
capitaneadas por una habitual del género, Barbara Bouchet, y con la siempre
correosa presencia de Sybil Danning. El
film
disfruta de un cierto status (y de una cierta adamiración) dentro de su ámbito temático, ese
thriller amarillento que hizo furor
entre mediados de la ingenua década de los sesenta y mediados de la irredenta
década de los setenta. De hecho, se vende un diorama de la asesina, la dama
roja, nada menos. Hasta estos límites llega la
cultomanía respecto de determinados productos culturales de serie B o Z. Por cierto, la película
cuenta con una
buena edición en la colección española de
Regia Films.