Tras
una escena pre créditos frenética y contundente como pocas, Fernando Di Leo se
saca de la manga su obra maestra: un poliziesco
en toda regla, tenso y social, con un trabajo de planificación y un montaje
envidiables y con varios añadidos que hacen de su visionado un auténtico goce
para los sentidos. Aunque no para todos los paladares, por supuesto. Entre esos
añadidos, hay que destacar el protagonismo del señor Fanucci (Gastone Moschin),
la hermosa y sorprendente presencia de una musa de la talla de Barbara Bouchet,
la bicefálica BSO de Luis Bacalov & Osanna (un tema épico de violines y un
corte prog-rock en la línea de Jethro
Tull), un Luigi Pistilli que se marca un par de incisivas parrafadas
políticas (que alejan este film de
toda la ristra de archiviolentos sucedáneos exploitation
que poblaron las salas en la segunda mitad de la irredenta década de los
setenta y a comienzos de la ultraconservadora década de los ochenta), la
presencia del siempre carismático y mediterráneo Mario Adorf, un enigma que te
mantiene pensando toda la película, etc. En fin, un film espectacular, dentro de su humildad presupuestaria, basada en
una obra del Dashiell Hammet italiano, un escritor al que Di Leo fue fiel toda
su carrera (Giorgio Scerbanenco) y con una factura técnica impresionante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario