lunes, 8 de agosto de 2016

¡Rompe Ralph! (Aka Wreck-It Ralph)

2*

Rich Moore es el nombre del director de este film (sic). Y con este dato comienza esta PastillaCrítica. Dos de los fenómenos más curiosos de la historia del cine, a comienzos del siglo XXI, es la proliferación de la series de televisión así como la aparición de toda una industria dedicada a hacer películas de animación (tanto analógica como digital) dirigida al público adulto. Pixar y Disney son los dos faros más conocidos de este último fenómeno. Pero ambas pertenecen al mismo holding, con los que sus historias, personajes y motivos, ahora son los mismos (junto con sus guiños a clásicos de la literatura universal como Alicia en el país de las maravillas o El mago de Oz). En esta ocasión, volvemos a encontrarnos con la vieja excusa argumental y narrativa de la Disney (alguien que no está contento con su situación pero que, tras varias peripecias, acaba aceptando su “destino”) aunque, esta vez, situada en el mundo de los videojuegos (en particular, en ese mundo de chuches, color rosa o color “salmón”, de Sugar Rush). Esta estrategia retro digital no puede ocultar que está dirigida al público cuarentón (aunque también puede gustar a los treinteañeros) pero, en casi ningún caso, podrá divertir al público más joven. La animación es elaboradísima (faltaría más) pero los valores morales de la historia (que incluyen una defensa del militarismo más rancio) así como el mensaje (y la boda) final son de un conservadurismo vergonzoso (es decir, no hay ningún tipo de sofisticación o progresía ética). El bueno se casa con la militar mientras el feo, malo e inadaptado se queda trabajando en la “fábrica”. Por cierto, detrás del diseño del personaje principal, el espectador avezado encontrará al protagonista de The Sadist, de 1963.

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