jueves, 24 de noviembre de 2016

Infierno de cobardes (Aka High Plains Drifter)

3*

Segunda película como director de Clint Eastwood, tras el thriller poeiano Escalofrío en la noche, y una vuelta a sus orígenes Westernianos. Un pistolero andrajoso y maloliente llega al polvoroso pueblo de Lago sin una razón aparente. Los habitantes del mismo compran sus servicios para enfrentarse a una panda de matones que tienen sometido al pueblo. De hecho, tiempo ha, esa misma pandilla mató a latigazos al antiguo Marshall, con la complicidad pasiva de todos los ciudadanos. Siguiendo un extraño y misteriso plan, el extraño pistolero convierte el pueblo en un Infierno figurado, para que el fuego pueda purificar todos los pecados. Estilísticamente, Eastwood toma prestado múltiples elementos visuales de sus dos maestros, Leone y Siegel, a los que les infunde un sello personal, que el propio director irá desarrollando y mejorando conforme vaya avanzando en su carrera (composición arquitectónica del paisaje, claroscuros en interiores, personajes grisáceos, ritmo soñoliento en la trama, mensaje moral en el argumento, figuras femeninas fuertes, etc.). A destacar la interesante plétora de personajes secundarios, encabezada por el enano Mordecai (que recuerda al de Los chicos del maíz) y por Verna Bloom. Por cierto, el film tiene una escena con una violación que resulta sorprendente y tremenda. Su siguiente película como director, para sorpresa de sus seguidores, será un drama amoroso entre William Holden y Kay Lenz, Primavera en Otoño, otra prueba de que el actor siempre ha sido un artista que nunca ha tenido miedo a reinventarse a sí mismo.

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