miércoles, 3 de abril de 2013

El esqueleto de la señora Morales

3.5*

En 1994, Fernando Fernán Gómez sorprendía a los espectadores con una comedia negrísima titulada Siete mil días juntos, protagonizada por José Sacristán y Pilar Bardém y cuyo guión estaba basado en una idea de Luís Alcoriza. Pues bien, tanto el film de Fernán Gómez como la idea de Luís Alcoriza estaban basadas en un cuento del gran narrador galés Arthur Machen titulado El misterio de Islington, cuyo argumento esencial se presenta, esquemáticamente, en la primera página de la narración pero rescata detalles de todo su desarrollo. La idea básica consiste en el asesinato que comete un hombre normal que vive bajo la madición de una esposa de carácter agrio e insoportable compañía (aunque en este film, además, es beata, hipócrita y acomplejada). Pues bien, la primera adaptación cinematográfica de esta narración se presentó en esta estupenda El esqueleto de la señora Morales por obra y gracia de Rogelio González, sobre un guión del colaborador habitual de Luís Buñuel, el ya mentado Luís Alcoriza. Por todo ello, además del costumbrismo y pintoresquismo mexicano (retratado con complicidad por la cámara de González y la iluminación retorcida de Víctor Herrera, casi como si fuera una lámina de Berni Wrightson), así como de las reflexiones sobre el crímen y lo policial, Alcoriza añade su característico tono social, satírico e, incluso, anticlerical, típico también, por cierto, de la obra del aragonés universal. Aunque, en todo caso, el espíritu general de la historia es su corrosivo humor negro, no exento de enseñanza moral. Mientras que en el relato original el protagonista es un empresario, en esta película es un taxidermista y en la obra de Fernán Gómez es un bedel del anatómico forense. Excelentes composiciones de Arturo de Córdova, en el papel de embalsamador de animales; Amparo Rivelles en el papel de odiada esposa y Antonio Bravo en el papel de entrometido cura (un personaje que físicamente, por cierto, recuerda a Lawrence Sterne).


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