Decía Tag Gallagher que “el virtuosismo es a menudo más
grande en las cosas más sencillas y la complejidad es propiamente la nítida
combinación de una multitud de articulaciones simples”. Pues bien, esta
firmación se refiere a la última película de un director único. Tras una
larguísima y extraordinaria carrera, el maestro John Ford rodó, en 1966, 7 Women, su última película, que fue un
auténtico fracaso, tanto de público como de crítica. La historia gira en torno
a un grupo de mujeres que viven en una rígida misión evangelizadora situada en
medio de varios conflictos bélicos, cerca la frontera entre China y Mongolia.
Corre el año de 1935 y el señor de la guerra Tunga Khan está asolando la zona.
La llegada de la doctora Ágatha Cartwright (Anne Bancroft), una profesional inconformista
y descreída, hará tambalear buena parte del conjunto de convenciones y
creencias en el que se desarrolla la vida de este grupo de mujeres (aquí, el
esquema es parecido al de Misión de audaces). Ford se despide de la historia del cine con esta tragedia imperfecta, con una cierta inspiración Westerniana
pero de una potencia espiritual y vital que contrasta, curisosamente, con el
tenebrismo, la oscuridad y un cierto espíritu fúnebre con la que fue rodada. Si
alguna vez alguien ha pensado que Ford era un artista dogmático (tanto antes
como después de Las uvas de la ira),
esta película es la prueba más evidente de su flexibilidad de conciencia, tanto
moral como religiosa, y de su profundo respeto por la diferencia y por la
tolerancia, algo que ya había demostrado en buena parte de su cine, como en El fugitivo. Pero también lo es como
prueba de su enorme habilidad para dar vida a personajes de toda condición,
pese a sus clichés y estereotipos. Como curiosidad, se debate si en la película
hay o no realmente 7 mujeres o, por el contrario, hay 8, contando a Sue Lyon,
casi una adolescente. O contando a la doctora Cartwright quien, de alguna
manera, trasciende su condición sexual.
Yo creo que no se llama siete mujeres porque el personaje de la doctora trasciende su condición sexual. Al principio pensé que es porque una de las mujeres es solo una adolescente pero luego he cambiado de opinión. Creo que la respuesta está en el hecho que sobreviven solo siete y que son siete mujeres estereotipadas de alguna manera. La película describe como la doctora que es el epitome de la mujer emancipada hace tambalear sus convicciones, sus creencias y su modo de vivir. Al final de la película cuando las mujeres abandonan la fuerte uno se pregunta como la vida y la muerte de la doctora habrá cambiado sus vidas, que será de cada una de estas siete mujeres? De todas formas de alguna manera la doctora estaba destinada a morir. En la literatura se llama “justicia poética” que se puede observar en el libro Dracula, por ejemplo. Lucy que es demasiado atrevida para la época en la que se desarrolla el libro, está “castigada” con la muerte. Es una especie de advertencia a las mujeres de la época. El problema de la violencia, el valor de la vida y la muerte, de la dignidad se reflejan con fuerza y responsabilidad. Me encanta la fotografía!!! Gracias por la pastilla! Un placer leerte!
ResponderEliminarQuerido Anónimo, no te falta nada de razón pero reflexionar en esos términos en una Pastilla Crítica es bordear el spoiler. En todo caso, me hubiera gustado incorporar tus reflexiones. E igual lo acabe haciendo. En todo caso, muchas gracias por compartirlas, por tus palabras y un abrazo fuerte.
ResponderEliminarLo del spoiler es cierto. Perdóname. He opinado como espectador que soy sin darme cuenta. Tienes razón. Un abrazo
EliminarNo hay ningún problema, Anónimo! Muchas gracias de nuevo por tus estimulantes comentarios y otro abrazo para ti.
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