En una estación metereológica rural, en medio del countryside polaco, vive un eminente
científico. Está casado, tiene dos hijos y lleva una vida aparentemente
intrascendente, lo que choca tanto con su formación como con su antigua vida.
De hecho, incluso está desarrollando gustos sencillos (como esa atracción infantil por las
lucecitas, a lo Homer Simpson). Un viejo amigo de la universidad viene a
visitarle para pasar unas semanas pero tiene la secreta misión de que abandone
esa vida y se reincorpore a la investigación, de ahí la metáfora del cristal
para ejemplificar dos formas distintas de vivir: la natural y la artificial, la
interior y la exterior (o, si se quiere, por utilizar un elemento filosófico
recurrente en la obra del director, la vía agustiniana o la tomista). A lo
largo del metraje se contrastarán ambas formas de vida mientras los personajes
comen juntos, salen a pasear, charlan, hacen labores del hogar, van al cine, ven la
TV, etc. Con una sensibilidad cinematográfica similar a una buena parte del
cine asiático (desde Beat Takeshi a Kim-Ki Duk) pero también al cine de Dreyer
y, sobre todo, al de Bergman, el director polaco Krzysztof Zanussi despliega
una radiografía de la amistad, de una forma menos cerebral que en otras
películas suyas, a través de una estructura narrativa que se recrea en
circunloquios y en distintas escenas familiares a modo de sketches pero que también se despliega hacia delante, linealmente,
con lo cual los personajes crecen, se conocen y aprenden a respetarse. La música, de uno de los compositores
más conocidos de la cinematografía polaca, Wojciech Kilar, es
maravillosa, con un piano que subraya el carácter bienintencionado de la
historia con hermosas melodías, bien armonizadas, pero que, también, se
arriesga al contraste experimental.
Esta película sí que parece diferente. No la conozco y la veré porque me ha perecido muy interesante tu crítica. Espero poder encontrarla. Lo que más me gusta – descubrir algo nuevo! La fotografía parece muy buena. He visto poco cine de Europa del Este. Es una lástima que estando tan cerca tenemos tan poca información sobre lo que se hace en otros países europeos que no sean las grandes potencias económicas. Imagínate Dinamarca y Eslovenia? Gracias por el descubrimiento! Un abrazo!
ResponderEliminarUn placer, Anónimo! No siempre las mejores joyas son las más conocidas. Hay que arriesgarse y explorar otras cinematografías. Dinamarca y Eslovenia merecen más trato, eso está claro. Por eso, apunto tu sugerencia. Muchísimas gracias por tu comentario y otro abrazo de vuelta!
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