martes, 19 de junio de 2012

El origen del planeta de los simios

3*

Una droga administrada a simios parece regenerar las células cerebrales dañadas e incrementar la capacidad mental. Cuando un accidente provoca el sacrificio de todos los chimpancés de un laboratorio en San Francisco, el investigador principal (James Franco) salva la vida de una cría, a la que mantiene con vida en su propia casa. Después de unos años, prueba la droga con su propio padre, que sufre de Alzheimer, con excelentes resultados. Sin embargo, las cosas no sucederán como se esperan, ni para el padre ni para la cría que salvó, ahora un chimpancé adulto, muy inteligente y, por tanto, muy concienciado de la situación en la que los humanos colocan al resto de los animales, especialmente a sus congéneres simios. Rupert Wyatt dirige una inflamada película sobre la rebelión de los simios, cuyas características más evidentes son unos efectos visuales que saturan y que no son del todo creíbles, un ritmo y un montaje trepidantes (donde muchas cosas ocurren precipitadamente), unos movimientos de cámara imposibles, un suspense bastante conseguido y, claro, varias imágenes bien poderosas, aunque (por otro lado) algunos elementos van metiéndose con calzador para que encajen con El planeta de los simios original. Si el espectador simpatiza con lo que ocurre en pantalla es que los seres humanos no lo estamos haciendo tan bien como nos creemos.




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