lunes, 20 de abril de 2015

Acorralado (Aka First Blood)

3.5*

Muchas son las películas que confluyen en esta obra maestra del cine de supervivencia y de acción de la ultraconservadora década de los ochenta. Con los hilos argumentales y espirituales de films como Los valientes andan solos o Ruckus, el gran Ted Kotcheff dirige una epopeya de crítica política con la excusa de denunciar el trato recibido por los veteranos del Vietnam. Justo lo que haría Steven Hilliard Stern en Zona de guerra: el parque, de solo unos pocos años después. Así que la pregunta es, ¿cómo trataban los EE.UU. a sus veteranos de guerra? Es sabido que muchos de los veteranos de la Segunda Guerra Mundial y de la guerra de Corea regresaron con profundos traumas que los incapacitaron para reintergrarse con “normalidad” en la sociedad consumista USAmericana. Lo mismo que ocurrió con la Guerra de Vietnam. De aquí provienen varias de las disfuncionalidades de los ex soldados, tal y como ha mostrado producciones como El cazador o El regreso, que no fueron, precisamente, dos exitazos en su país de origen. Pero Kotcheff prefiere mostrar la dificultad de su normalización mostrando el rechazo que sufrieron así como revelando sus mortíferas habilidades militares: los soldados son máquinas de matar, ¡y punto!: algo incompatible con la vida civil. La película es un prodigio en la justificación de la premisa, en el desarrollo de la persecución y en el despliegue de la acción y, además, Stallone, Dennehy y Crenna (junto con los secundarios) protagonizan una función realmente apasionante y convincente (en la línea de Caza salvaje), aunque el conmovedor final nada tiene que ver con el de la novela original. Por otro lado, la película dio pié a varias secuelas horripilantes, absolutamente reaganianas y, por tanto, faltas de cualquier sutileza política contra otras formas de pensar. Por cierto, Kotcheff volvería al tema en Más allá del valor.

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